BARCELONA- El diputado de la CUP Albert Botran discrepó ayer de la estrategia de la defensa de Artur Mas en el juicio por el 9-N, en la que en su opinión se tendría que haber asumido la desobediencia ante la “prohibición injusta” del Tribunal Constitucional, en lugar de acogerse a una “grieta” legal. En rueda de prensa en el Parlament, manifestó la “total y absoluta solidaridad” de su partido con los encausados por la consulta independentista. No obstante, afeó la actuación de la defensa del expresident de la Generalitat, ya que a su entender se trata de un juicio “político”, por lo que la defensa debería ser también “política”, es decir, “asumiendo responsabilidades y la desobediencia” frente a la “prohibición injusta” del alto tribunal de convocar el 9-N.

Según el diputado de la CUP, debería haberse optado por esta estrategia también en “perspectiva de futuro”, en la medida en que el TC prohibirá a su juicio el referéndum de independencia que el Govern quiere convocar como muy tarde para la segunda quincena de septiembre. “Ante las prohibiciones injustas, lo que impera es el mandato democrático y el compromiso con la ciudadanía. Esto es plenamente legítimo”, dijo Botran. Lamentó por ello que la estrategia de los abogados de Mas se haya basado en la “grieta” legal que dejó el TC al no responder al requerimiento del Govern.

El portavoz adjunto de Junts pel Sí en el Parlament, Roger Torrent, respondió a estas críticas asegurando que “la defensa es personal y cada uno de los encausados escoge qué tipo de defensa quiere hacer. Nosotros la respetamos absolutamente”. Artur Mas alegó el lunes que no actuó ilegalmente porque el TC no tomó medidas para impedir la consulta, y la CUP cree que debería decir que desacató. Torrent opinó que el proceso contra Mas y las exconselleras Irene Rigau y Joana Ortega es un político, y reiteró que se está juzgando a la democracia, algo que calificó de “inconcebible”. - Efe/E. P.