Barcelona - “El tiempo se le acaba. Ha tenido tiempo suficiente para entender que hay que hablar de la situación política entre Catalunya y España y no lo ha hecho”. Así evidenciaba ayer el president de la Generalitat, Carles Puigdemont, el ninguneo al que se ha visto sometido por parte del Gobierno de Rajoy en su afán por buscar salidas a la cuestión catalana. Con la denominada operación diálogo de Moncloa enterrada cuando “nos merecíamos que no fuera sólo un anuncio”, Puigdemont criticó que el Estado no está dispuesto a abordar ninguno de las 45 reclamaciones que el Govern le hizo llegar en abril del pasado año. “Ni siquiera en eso se ha avanzado”, lamentó.
A pesar de todo, en una entrevista publicada ayer por La Vanguardia, el president se mostró abierto al diálogo bilateral y reveló que ha mantenido conversaciones telefónicas con Mariano Rajoy. Pero Puigdemont no quiere hablar con el Estado “de una rotonda”, sino “de la relación entre Catalunya y España”, aunque lo ve complicado ya que a su juicio la idea de una Catalunya independiente es un tema tabú para el Gobierno. En todo caso, reclamó a Rajoy que se siente a negociar. “Es nuestro presidente, también de los catalanes que votan independencia. Tiene el deber de interlocutar con nosotros, le guste o no”, argumenta.
Sobre la consulta que el Govern prevé celebrar este año, Carles Puigdemont aseguró que no se ha fijado aún una fecha pero recordó que se comprometió a llevarlo a cabo antes de terminar septiembre. Además, no descartó del todo que se puede acordar con el Gobierno de Rajoy. “Creemos que hay margen para negociarlo con el Estado y ya expresé que la fecha podría negociarse”. Preguntado por si, al no contar con el aval del Estado, podría convertirse en una consulta sin validez como la del 9-N, el president defendió que se diferenciará de dicho proceso participativo porque no tendrá una pregunta múltiple, la organizará el Govern y el resultado será vinculante: “Es decir, que nos comprometemos a aplicarlo”. Sostiene que el referéndum se realizará “amparado en todas las garantías legales” y apostó por que el Govern dimita y se convoquen elecciones para que un Ejecutivo distinto gestione la nueva realidad en caso de una victoria del no.
Respecto a si el referéndum podría coincidir con unas elecciones autonómicas para esquivar los posibles obstáculos que pudiera poner el Gobierno español para acceder a los colegios electorales, Puigdemont negó tajantemente esta posibilidad. El dirigente del PDeCAT explicó que “se preguntan cosas diferentes” y, en caso de resultados contradictorios, se podría cuestionar qué resultado prevalecería.
Por último, Puigdemont también se refirió a los registros y detenciones de esta semana en el marco de la investigación por presunta financiación irregular de CDC. Estimó que en estos casos la Fiscalía no se expresa “en términos de neutralidad política” y que escogen para realizar las operaciones las fechas que más convienen al Estado español. “El modus operandi coincide siempre. Cuando se presentó JxSí, casualmente se entraba en la sede de CDC”, recordó, antes de añadir que las detenciones de esta semana, que terminaron en todos los casos con puestas en libertad, se produjeron a pocos días del juicio a Artur Mas y a las exconselleras Irene Rigau y Joana Ortega.