MADRID - Las aguas no terminan de calmarse en el seno de Podemos. Tanto es así que a cada día que pasa surge alguna nueva disputa que sigue enrareciendo el ambiente previo al segundo congreso que la formación morada celebrará en febrero. La cercanía con Vistalegre II, como es conocido el cónclave, ha endurecido las posturas entre los dos sectores en liza encabezados por el secretario general, Pablo Iglesias, y el secretario político, Iñigo Errejón, hasta el punto de que dos de sus afines más conocidos protagonizaron un encontronazo en el comedor del Congreso tras el que vertieron versiones contradictorias. El errejonista Juan Pedro Yllanes no dudó en denunciar que Juan Carlos Monedero, cofundador del partido y alineado con Iglesias, le amenazó por la posición interna que mantiene. Este último enmarcó lo ocurrido en un “malentendido”.
El juez en excedencia y diputado por Baleares de Unidos Podemos, que se ha mostrado muy activo en la defensa de las tesis de Errejón en favor de la transversalidad y la acción institucional, colgó a mediados de la tarde de ayer un comunicado en una red social en el que aseguró haber sido amenazado por Monedero. “Hoy en el comedor del Congreso he sido amenazado por el compañero Juan Carlos Monedero quien me ha advertido que hasta febrero -cuando se llevará a cabo Vistalegre II- puedo decir cosas que a él le molestan pero que cuando todo vuelva al orden, tenga ojito con lo que digo”, advirtió. A su juicio, estas actitudes “repugnantes” no impedirán que “siga dando mi opinión sobre qué Podemos necesitamos. No me callé en mi carrera judicial y no decidí participar en política para callarme”, asegura un Yllanes que apunta no poder “dejar pasar la intimidación” de la que habría sido objeto.
La versión de Monedero, una de las caras conocidas del bando de Iglesias siendo beligerante en ocasiones con las maniobras efectuadas por Errejón ante el congreso, es bien diferente. Aseguró que el encontronazo con Yllanes -que según su relato estaba acompañados de otros diputados como el vasco Eduardo Maura- habría sido fruto de un “malentendido”. Les saludó porque les tiene “cariño” y porque cree que “los debates internos no deben quebrar la amistad”, a la vez que subrayó mediante su escrito, también lanzado en una red social, que “no es sensato que los procesos de primarias internos generen heridas insalvables” porque “de ser así, los partidos renunciarán a estos procesos y la democracia se debilitará”. “Cuando han abandonado el comedor, nos hemos vuelto a saludar con el mismo cariño. Luego he visto, por una nota de Juan Pedro, que nos hemos desencontrado”, ha dicho Monedero, que ha lamentado no haber podido aclarar en el momento lo ocurrido, “como debe ser entre compañeros”. “Estoy convencido de que ha sido un malentendido”, profundizó sobre unos hechos que, sin haber pasado a mayores, sí que reflejan las diferencias que separan a ambos proyectos de futuro para la formación morada.
Errejón confía en seguir Ajeno a lo acontecido entre Yllanes y Monedero pero en pleno centro del debate que agita a Podemos, su número dos Iñigo Errejón confió ayer en poder “seguir desempeñando un trabajo que va a ser esencial” tras un Vistalegre II cuyas reglas de votación le serán a priori contrarias a sus intereses. El encuentro de ayer en Madrid para tratar de unificar criterios de cara a la asamblea entre los tres sectores que cohabitan en la formación morada -la de los anticapitalistas es la tercera- se saldó sin acuerdo, lo que motivará que cada corriente lleve su propia propuesta a la consulta a celebrar del domingo al martes entre los inscritos. “Uno representa una posición para seguir un rumbo y si los rumbos cambian puede ser que cambien las personas”, ahondó Errejón para apostar por que el debate “de las caras no tape el de las ideas”. - DNA