DONOSTIA. Tapia asumió su responsabilidad como consejera en el anterior Ejecutivo vasco en diciembre de 2012 con una Euskadi en recesión y una apuesta por impulsar la economía productiva en todos los sectores.

En estos cuatro años, la economía vasca ha logrado salir de la crisis y transitar por la senda de crecimiento lo que ha llevado al Ejecutivo a revisar al alza sus previsiones de incremento del PIB hasta el 2,9 % para este ejercicio.

Esta ingeniera industrial de 53 años, natural de Astigarraga, aunque residente en Zumaia, ha estado desde el principio en las quinielas para repetir en el Ejecutivo de Iñigo Urkullu en el que asume ahora Desarrollo Económico e Infraestructuras.

En su anterior legislatura como consejera, Tapia ha tenido que lidiar también con delicadas situaciones de crisis.

El cierre de Fagor Electrodomésticos que, tras un concurso de acreedores reanudó su actividad bajo la marca CNA, la crisis del sector naval como consecuencia de la suspensión del "tax lease" y la crisis del acero con el cierre de ArcelorMittal de Zumarraga han mostrado el perfil más firme y solvente de una consejera que accedió a la política tras forjarse como profesora universitaria.

Antes de su salto a la política, Tapia fue profesora de la Escuela de Ingenieros de la Universidad de Navarra entre 1987 y 1992 y catedrática de la Escuela Universitaria de la UPV-EHU de 1995 a 2005, además de "invited lecturer" durante tres años en el MIT de Massachusett (Estados Unidos).

Tapia, que se especializó en Electricidad y obtuvo el doctorado "cum laude" por la Universidad de Navarra en 1992, se estrenó como cargo público al frente de la viceconsejería de Transportes y Obras Públicas del Gobierno vasco de 2005 a 2007 en el Ejecutivo de Juan José Ibarretxe.

Durante esta etapa y la posterior como diputada de Movilidad y Ordenación del Territorio de la Diputación Foral de Gipuzkoa, mostró un exhaustivo conocimiento de los asuntos de su responsabilidad. También fue diputada del PNV en el Congreso en el período 2011-2012.

Tapia vive en Zumaia, está casada y tiene dos hijas, y se da la circunstancia de que los cuatro miembros de la unidad familiar son ingenieros.

Además de cuidar a un pastor alemán, Tapia dedica los ratos libres a dar paseos por el flysh de Zumaia.

Sin ser amante especializada en una disciplina concreta, disfruta también asistiendo a conciertos y espectáculos culturales.

Quienes la conocen la describen como una persona con mucha fuerza y energía a la que es difícil ver desfondada, una mujer de mucho carácter pero con una actitud, en general, optimista.

Pragmática y resolutiva, es rara la reunión que se alargue más de lo debido si es presidida por esta consejera que en los últimos cuatro años ha pilotado en Euskadi una extensa cartera que agrupa industria; turismo y comercio; agricultura, pesca y política alimentaria, así como la política de investigación y desarrollo, el emprendimiento y la agenda digital.

Tapia, cuya valía es destacada por sus compañeros de trabajo y partido, ha salido reforzada tras gestionar una de las consejerías más complejas a la que accedió en una difícil situación económica.