madrid - Diputados díscolos del PSOE arremetieron ayer contra la gestora por las formas empleadas a la hora de tomar la decisión de retirar de las portavocías de las comisiones o de relegar de la dirección del grupo a los parlamentarios que votaron en contra de Mariano Rajoy.
Los diputados sanchistas César Luena, Sofía Hernanz, Luz Martínez Seijo y Odon Elorza afearon la actitud de Ferraz en la reunión del grupo socialista celebrada a puerta cerrada en el Congreso en presencia del portavoz de la gestora, Mario Jiménez.
Los cuatro parlamentarios pusieron especial énfasis en censurar que la gestora adujera criterios de “capacidad”, al margen de “confianza”, para justificar el castigo de apartar de las portavocías a varios de los diputados desobedientes. Los díscolos consideran “ofensivo” que se cuestione su valía cuando la decisión de la gestora ha respondido a “razones políticas” ante la división que hay en el partido tras la dimisión de Pedro Sánchez como secretario general. “La reunión ha sido muy dura. Jiménez ha venido a hacer sangre ante la pasividad de la dirección del grupo, que está dejando que desde Andalucía, Susana Díaz destroce el grupo parlamentario”, advirtieron desde el sector sanchista.
Jiménez replicó que la gestora nunca quiso poner en duda la capacidad de los sancionados, pero reiteró que su rebeldía al mandato del Comité Federal debía tener una respuesta por parte de Ferraz. A favor de la postura de la gestora intervinieron Eduardo Madina, Soraya Rodríguez y Antonio Pradas, quienes consideraron justificados los castigos a los díscolos.
La gestora apartó al PSC de la dirección del grupo, al desplazar a Meritxell Batet. Asimismo, acordó relevar de responsabilidades a otros diputados afines a Sánchez, como Susana Sumelzo, Zaida Cantera, Adriana Lastra, Rocío de Frutos y Pere Joan Pons. Tiene aún pendiente decidir el castigo a los quince diputados díscolos, que todo apunta a que podría concretarse en una multa que oscilaría entre 200 y 600 euros, como establece el reglamento interno. - Efe