vitoria - Sus intervenciones en la tribuna del Congreso durante las sesiones de investidura de Pedro Sánchez, el 4 de marzo, y de Mariano Rajoy, el 2 de septiembre, no pasaron inadvertidas. Revolucionó el hemiciclo a izquierda y derecha y encandiló a unos cuantos y enojó a otros. Su ritmo lento, de disco de 45 revoluciones puesto a 33, sus mensajes tuiteables, su habilidad ante el micrófono y un discurso directo y sin pelos en la lengua le han convertido en uno de los diputados más conocidos del Congreso. Confiesa que no puede evitarlo, es su estilo, su retórica rufianera, con la que intenta llamar la atención ante la opinión pública española sobre el proceso independentista catalán.
¿Catalunya se desconectará de España en otoño de 2017?
-Sin duda. El proceso de autodeterminación de Catalunya es de entre todos los que ha habido el que más información y atención ha recibido. Todo está publicado y ésa es una muy buena noticia. No escondemos nada. El propio president Puigdemont anunció para otoño del año que viene un referéndum vinculante que refrendará el nuevo marco catalán. Previamente tenemos que aprobar las tres leyes básicas, entre ellas la de transición jurídica, que en definitiva es, de facto, una declaración de independencia. Y a partir de ese referéndum más que desconectar intentaremos cumplir con el mandato recibido en las urnas.
¿Tiene este proceso un respaldo social suficiente?
-Aparte de las multitudinarias manifestaciones que ha habido en los últimos cinco años a favor del proceso cada 11 de septiembre, hay que recordar que en el Parlament catalán el independentismo tiene una mayoría absoluta con 72 diputados sobre un total de 135. La pregunta que nos hacemos es ¿qué pasaría si fuera al revés? Si el unionismo hubiera ganado con nuestros números, las preguntas no serían tan recurrentes. En cualquier caso el referéndum nos sacará de dudas y todo el mundo se posicionará en las urnas en torno a si quiere continuar con este status quo político o culminar el proceso.
¿Cómo se puede hacer la desconexión sin la participación del Estado español?
-No podemos esperar absolutamente nada del Estado español. Es un Estado con enormes carencias democráticas, en el que se persigue y amenaza judicialmente a cargos electos votados por el pueblo catalán simplemente por poner urnas. Esas sentencias y amenazas forman parte de nuestro día a día y seguramente seguirá así. ¿Cómo se hace la desconexión? Se hace obedeciéndonos a nosotros mismos. No hablamos tanto de desobediencia como de obedecernos a nosotros mismos, al pueblo catalán porque enfrente tenemos a un Gobierno más fuerte, el de Mariano Rajoy, con esa especie de marca blanca que es Ciudadanos y la bisagra que se ha convertido el PSOE.
¿Y cómo se puede hacer esto sin el reconocimiento de las instituciones europeas y de muchos estados europeos?
-Guste más o menos, la actual Unión Europea sólo tiene la ideología del pragmatismo. Si esa UE no ha dejado salir a Hungría o a Grecia, con todos los problemas internos que estos dos países tienen, tampoco creo que vaya a dejar salir a un motor económico potente como Catalunya. Me resulta muy complicado pensar que de un día para otro 7,5 millones de personas van a convertirse en apátridas en Europa. Cada vez que nuestro conseller de Exteriores, Raúl Romeva, vuelve de un viaje nos dice lo mismo: que los políticos, cónsules, embajadores o empresarios nos piden que vayamos en serio con este proceso. Y nosotros vamos muy en serio con este camino que hemos tomado.
¿Habrá referéndum vinculante o volverá a ser una consulta como la del 9-N de 2014?
-Habrá un referéndum vinculante y lo habrá bajo la legalidad catalana. La hoja de ruta está publicada. Se contemplan tres leyes constituyentes y el referéndum lo que va a hacer será refrendar esas tres leyes de desconexión.
¿Cuál debiera ser la pregunta del referéndum?
-Forma parte del debate de las fuerzas del Parlamento de Catalunya. Bajo mi punto de vista debe ser sencilla y binaria (sí o no).
¿A partir de qué mayoría tendría validez un sí a la independencia?
-La tradición democrática europea nos indica que es suficiente con que una opción gane a la otra, aunque sea sólo por un solo voto, para otorgarle la victoria; basta con que gane una opción frente a la otra. Tan sencillo como eso.
¿Y sí hay una abstención abultada, casi mayor que el número de votantes?
-Esperamos que también los demócratas del no vayan a votar, que el referéndum tenga una participación lo más alta posible. Por otra parte, en otros procesos electorales dentro y fuera del Estado español cuando ha habido una elevada abstención nadie ha cuestionado o puesto en duda el resultado. Así es el juego democrático.
No podrán organizar el referéndum si no aprueban los Presupuestos catalanes. Dependen de lo que haga la CUP y, de momento, no han dicho que los apoyará.
-Estamos convencidos de que se conseguirá que respalde las cuentas. Me parece que hay que tomarse con naturalidad que se lo piensen bien. La noticia sería que Convergència y la CUP se pusieran de acuerdo a las primeras de cambio. Dicho esto, la CUP ha sido, es y será imprescindible para el proceso independentista y estoy convencido de que finalmente acabará virando.
Da la impresión de que los 10 parlamentarios de la CUP les imponen casi todo a los 62 de Junts pel Sí (la coalición de ERC y la antigua Convergència).
-La CUP se presentó a las elecciones con un ideario y un programa político concreto, obtuvo un enorme resultado electoral y, desde sus planteamientos, ha ayudado al proceso independentista. Es más sencillo que todo eso, el juego democrático es así. Nosotros sabemos que no tenemos la mayoría suficiente para imponernos y la CUP sabe perfectamente que sin Junts pel Sí el proceso soberanista no tiene recorrido. Al final se trata de negociar entre nosotros.
¿Forcadell, Mas y el resto de los imputados van a terminar con sus huesos en la cárcel?
-El Gobierno español sabe que la imagen de un dirigente político catalán en la cárcel por el mero hecho de poner una urna electoral no se entendería en el mundo porque sería una foto de otros tiempos. Por tanto, no esperamos que nadie vaya a la cárcel pero sí inhabilitaciones de todo tipo, multas, amenazas, una maquinaria del fango total y absoluta. Estamos muy acostumbrados a todo esto, lo estamos padeciendo ya día sí día también.
¿Cómo van a preservar a los funcionarios catalanes ante los actos de desobediencia que supone la desconexión?
-Teniendo en cuenta que tenemos todo un Estado en frente, hay algunos detalles que no podemos revelar. Ya nos gustaría poderlas trasmitir con absoluta normalidad pero tenemos sobre nosotros esa espada de Damocles y no podemos enseñar nuestras cartas. Lo único que puedo decir sobre esto es que el Govern catalán hace y hará todo lo que está en su mano para proteger al cuerpo funcionarial, no sólo el actual sino también el que se habilitará de cara al nuevo Estado catalán. Nos merecemos poder elegir nosotros el momento de la desobediencia, el momento de decir que desconectamos de forma total del Estado español, pero con la garantía absoluta de que los funcionarios no recibirán ningún tipo de represalia.
¿En qué situación va a quedar ERC cuando en marzo de 2017 se funde el polo soberanista y de izquierdas promovido por Ada Colau, Xavier Domènech y los llamados ‘comunes’?
-Son ellos, y no nosotros, los que se tienen que posicionar con claridad. Les cuesta mucho hacerlo, nunca se posicionan ante nada. Hablan de un partido republicano, de izquierdas, soberanista y feminista. Todo eso me suena a ERC. Bienvenidos sean.
¿Ingresará ERC en ese polo o serán rivales políticos?
-ERC está en la centralidad política e ideológica del proceso soberanista, nuestro objetivo es llevarlo hasta el final. Para nosotros el adversario electoral e ideológico de este proceso es Podemos de Catalunya, claramente. Y lo es porque ganaron las últimas elecciones españolas y por qué lo hicieron, porque no tienen un posicionamiento claro frente al proceso independentista. Y nosotros queremos que se posicionen de una vez por todas y con claridad. Ojalá algún día se suban al carro de este proceso y ayuden porque de momento no lo están haciendo.
Podemos apoya el derecho a decidir y la consulta. ¿Dónde está la discrepancia?
-Proponen una especie de mentira piadosa, a saber, un referéndum pactado con el Estado español. Nosotros les preguntamos cómo se hace eso, cómo se puede pactar un referéndum de autodeterminación con Rajoy, con Rivera, con Susana Díaz o con el Tribunal Constitucional. Y la respuesta es el silencio. Prometen una mentira piadosa y creemos que ya es hora de que se posicionen.
¿Qué espera del nuevo Gobierno de Rajoy?
-Más amenazas, más judicialización de la política, más maquinaria mediática en contra del proceso. Es un gobierno más reaccionario si cabe que el anterior. No esperamos nada y conviene recordar que Rajoy es aún más fuerte que en la pasada legislatura porque ahora mismo tiene dos bisagras: una por su derecha, Ciudadanos, y otra por su izquierda, el PSOE.
¿La designación de Soraya Sáenz de Santamaría como negociadora para Catalunya abre algún resquicio?
-Sorprende la imagen que se traslada de la vicepresidenta española. Parece que estamos ante una federalista asimétrica convencida que reconoce que España es un país de países. Nada más lejos de la realidad. Pero lo importante no son los nombres, sino las actitudes y en eso tanto el PP como Ciudadanos como el PSOE de Susana Díaz representan el status quo político de los últimos 40 años y un unionismo reaccionario que no reconoce la plurinacionalidad del Estado español.
¿Estaría ERC o Junts pel Sí dispuesto a ensayar la bilateralidad con el Gobierno español como pretende, sin éxito, el lehendakari Urkullu?
-Con todo el respeto a Urkullu y a quienes piensan como él en esta cuestión, perdimos hace tiempo esa inocencia y esa candidez de pensar que el Estado español va a reconocer la soberanía del pueblo catalán. Es cierto que la situación de Euskal Herria y la de Catalunya sobre todo a nivel de competencias no es comparable, pero nosotros no podemos traicionar a la gente que nos votó, y nos votó para culminar el proceso.
A la vista de cómo están las cosas con el Gobierno de Rajoy, ¿aconsejaría a Urkullu que optara por la vía unilateral al modo de Catalunya?
-No soy nadie para aconsejar a nadie y menos al PNV, que tiene todo el derecho a defender la vía que considere oportuna y además han ganado las elecciones autonómicas vascas. Ahora bien, yo participé en la campaña electoral de EH Bildu y me alegré mucho por su resultado electoral. Espero que algún día la situación de Euskal Herria se pueda comparar con Catalunya en cuanto al proceso soberanista.