Bilbao - La fotografía de Arnaldo Otegi entrando en la sede central del PSE en Bilbao para reunirse con su secretaria general, Idoia Mendia, es en sí mismo el mensaje principal del encuentro mantenido ayer entre las delegaciones socialista y de EH Bildu. Tras su paso por prisión, donde estuvo recluido seis años y medio, era la primera vez que Otegi pisaba el cuartel general del socialismo y lo hizo con la intención de dar el primer paso para tratar de generar confianza en sus relaciones, durante décadas muy deterioradas por el impacto de la violencia de ETA y algo mejor pero con muchos recelos tras el cese de la actividad armada hace cinco años.
La reunión se prolongó durante casi dos horas y no dio mucho de sí políticamente en cuanto a contenidos o compromisos alcanzados. Lo más destacable fue la cordialidad reinante durante la misma y la voluntad de encontrarse en el futuro en aquellas líneas de acción donde ideológicamente puedan coincidir como ya lo hicieron en la pasada legislatura en el Parlamento Vasco al unir fuerzas para sacar adelante la Ley de Vivienda o en la Diputación de Gipuzkoa, durante el mandato de Martin Garitano, al apoyar el impuesto a las grandes fortunas. Fuentes de la coalición consultadas por este diario destacaron que el objetivo principal de la cita era “normalizar las relaciones y sembrar confianza” a medio plazo. El propio Otegi resaltó a la salida que fue una “foto importante porque acompaña a lo que sucede en la realidad social, que cada vez está más normalizada en el país, aunque queden gravísimos temas pendientes, como los presos” de ETA.
La delegación del PSE, integrada por Begoña Gil y Miguel Ángel Morales, además de Mendia, mostró su disposición a colaborar con EH Bildu en el Parlamento Vasco y en otras instituciones. “Los socialistas vascos valoran la voluntad de ambas formaciones de colaborar en el futuro, como ya ha sucedido en el Parlamento Vasco”. A través de una nota, el PSE informó que las dos delegaciones abordaron asuntos relacionados con la gobernabilidad, el trabajo parlamentario, la agenda social, el desarrollo del autogobierno y la convivencia.
Aunque no fue motivo de discordia, la convivencia fue uno de los puntos donde más claramente se expresaron las diferencias entre ambas formaciones. Los socialistas subrayan que es “irrenunciable el compromiso de todos los agentes políticos y sociales con los derechos humanos, los principios democráticos y el respeto a la pluralidad que siempre ha estado presente en la sociedad vasca”.
Con todo Mendia calificó de “positiva” la reunión con Otegi, que estuvo acompañado de Rebeka Ubera y Julen Arzuaga, y confirmó la posibilidad de colaborar en iniciativas “progresistas” con EH Bildu. “Este clima de cooperación debe extenderse a otros ámbitos, más aún con la pluralidad que refleje la representación política en las instituciones vascas.
Si alguna de las partes pretendía impulsar un polo de izquierdas en la que se podría incluir a Elkarrekin Podemos o una acción concertada en las instituciones tendrá que esperar a otra ocasión ya que, aunque bientencionadas, la relación no está aún madura. “Si a nuestra gente le hubiera costado asimilar una alianza con el PNV, mucho más difícil con el PSE” por la brecha que les ha separado debido a la violencia, señalan fuentes de la izquierda abertzale que, insisten, en que el encuentro de ayer fue un paso importante para generar confianza y hacer política en común cuando sea posible.
La última reunión entre socialistas y la izquierda abertzale tuvo lugar en noviembre de 2014 con Hasier Arraiz encabezando entonces la delegación de EH Bildu, ya que Otegi se encontraba cumpliendo su condena por el caso Bateragune. Aquel encuentro fue algo más áspero que el de ayer y a su salida los protagonistas se lanzaron reproches por el fracaso de la Ponencia de Paz.