Madrid - La presidenta de Navarra, Uxue Barkos, cree que sería “una salvajada”, fruto de la “ignorancia” o la “irresponsabilidad política”, que se pida suprimir el Convenio navarro y el Concierto vasco, cuestionados por algunas autonomías de régimen común, que se quejan de las desigualdades en financiación. “No sé si hay ignorancia o irresponsabilidad política si alguien plantea las cosas en estos términos”, respondió tajante en una entrevista realizada en Madrid con Efe al ser preguntada por los recelos que los sistemas forales de financiación despiertan en algunas comunidades. A su juicio, se trata de algo “enormemente peliagudo y delicado”, ya que está contemplado en la disposición adicional primera de la Constitución, y plantear “su supresión” le parece, en términos políticos, “o una salvajada o que no se conoce la realidad”. Con “los números en la mano, a muchas comunidades no les interesaría”, avisó ayer sobre la posibilidad de que se supriman o se revisen.
Barkos, que aprovechó su presencia en Madrid para defender la autonomía fiscal de Navarra, indicó que cuando se termina el dinero para pagar los servicios o los contratos, la Comunidad Foral no tiene a “dónde llamar”, más allá de la deuda que sean capaces de contratar en el ámbito financiero, a diferencia de las autonomías de régimen común, que acuden al Gobierno.
La presidenta considera que sucesos como los ocurridos recientemente en Alsasua son “absolutamente inaceptables”, si bien aboga por no caer en la sobrealimentación ni en la sobreexcitación de un entorno que “ya no es”. “Por suerte, ETA ya no actúa”, zanjó. La presidenta reflexionó sobre la agresión a dos guardias civiles y a sus parejas en esta localidad navarra, que, a su juicio, no se debió a que exista odio a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. No obstante, admitió que, en el caso de Navarra, “hay quien sigue sin ver con buenos ojos” a la Guardia Civil y espera explicaciones, por ejemplo, de cuestiones “tan dramáticas” como la desaparición y asesinato de Mikel Zabalza. Barkos señaló así que todavía hay gente que ve con “enorme disgusto” la presencia en Navarra de determinados cuerpos de seguridad, de la misma manera que hay quien tiene también un gran recelo hacia las personas que defienden tesis nacionalistas, porque ETA “decía actuar en nombre de aquellas tesis”. “A mí me ocurre. No recibir una paliza, pero sí recibir una bofetada sonora por parte de la viuda de un guardia civil cuando me identifica. Y lo comprendo”, asumió Barkos.- Efe