bilbao - PNV y PSE siguen avanzando en sus conversaciones para explorar un acuerdo que dote de estabilidad al gobierno de Urkullu, y se han adentrado en una fase clave para el éxito de la misión. Según explican fuentes conocedoras de las negociaciones a DNA, están abordando la dotación presupuestaria de las medidas sociales y a favor del empleo, lo que supone el grueso de la acción del gobierno y el punto al que conceden mayor relevancia. De lo que se trata ahora es de casar la ambición de las propuestas que puedan plantear los dos partidos con el realismo que imponen la situación económica y los recursos disponibles. Para el próximo año se prevé una recaudación fiscal de unos 13.500 millones, más o menos la misma que se preveía para este año, de modo que los Presupuestos se moverán en parámetros similares. Las Cuentas como tales comenzarán a redactarse más adelante con la previsión de que se aprueben a la altura de marzo, pero las negociaciones tienen que cerrarse con el compromiso de que el PNV va a incorporar las medidas que acuerde ahora con los socialistas, perfilando al máximo posible la dotación y los términos de las actuaciones.
Hoy mismo celebrarán otro encuentro para seguir acercando posiciones. Algunas fuentes aseguran que se intentará “rematar” el acuerdo de bases, que abarcaría las áreas fundamentales de la gestión, incluyendo la paz y el autogobierno, aunque la negociación aún se prevé larga porque hay importantes discrepancias sobre el nuevo estatus y el derecho a decidir. Ámbitos cercanos a la negociación aseguran que el desacuerdo no vendrá por el flanco de las políticas de pacificación y convivencia. Ahora, no obstante, ambas partes están más centradas en cuestiones de “números y dineros”, en alusión a los Presupuestos.
Si en la cita de hoy se detectaran grandes coincidencias, la próxima semana comenzarían a estudiar un gobierno de coalición y el reparto de consejerías, lo que también podría llevar su tiempo para determinar qué carteras se lleva cada cual. Con esa secuencia de acontecimientos, quieren trasladar la idea de que queda trabajo por hacer, aunque el desenlace de la reunión de hoy podría acelerar los ritmos. La fecha clave donde habrá que posar la mirada es el próximo jueves día 10, cuando el Parlamento celebrará el pleno de incompatibilidades y deberá fijar la fecha de la votación de investidura. Tendrá lugar la tercera semana del mes, o bien la cuarta, dependiendo del trabajo que quede por delante. La fecha que se escoja será sintomática del grado de avance de los acuerdos. Las fuentes consultadas matizan que es probable que se sigan negociando flecos hasta casi el mismo día de la investidura.
El PNV se propone llegar con el acuerdo sellado a la investidura. Hay que tener en cuenta que el lehendakari deberá anunciar la composición de su gobierno poco después de la votación, y no podría hacerlo si no estuviera despejado si habrá gobierno de coalición. Por otro lado, cerrar el acuerdo al cien por cien podría ser necesario para asegurarse los votos del PSE en la investidura. Su voto en blanco supondría un auténtico contratiempo si EH Bildu presentara a Maddalen Iriarte como candidata y lograra el aval de Elkarrekin Podemos, una suma que supera a los escaños jeltzales, aunque a nadie se le pasa por la cabeza que el socialismo se ponga de perfil en esa situación.
¿GOBIERNO DE COALICIÓN? En función del grado de compromiso que se adquiera, habrá o no gobierno de coalición, aunque ambos partidos arrancaron las negociaciones con el propósito de sellar un acuerdo lo más amplio posible, y el ejecutivo compartido puede beneficiarlos a los dos. Por un lado, el PSE se aseguraría un mayor control en el cumplimiento del pacto y, sobre todo, ganaría un protagonismo político que difícilmente tendría como cuarta fuerza parlamentaria sin opciones para liderar la oposición. Por otro lado, a mayor grado de intimidad entre los socios, menor riesgo de infidelidad del socialismo a través de una alianza con EH Bildu y Podemos para impulsar medidas de izquierdas contra el criterio del PNV. A los socialistas les parece razonable entrar en el ejecutivo si hay gran coincidencia programática porque ahora ya están gobernando en coalición en las tres diputaciones y buena parte de los ayuntamientos. El acuerdo presupuestario podría ser relativamente sencillo teniendo en cuenta que ya gobiernan el día a día en el ámbito local y foral, y que en la pasada legislatura acordaron los tres últimos Presupuestos de Urkullu. La discrepancia es seria en el autogobierno.
En paralelo, el PNV dialoga con EH Bildu, aunque el acuerdo de legislatura está descartado por sus discrepancias económicas. Sin embargo, ambas partes siguen abiertas a explorar acuerdos en distintas votaciones. Esa vía es clave porque PNV y PSE no suman mayoría absoluta. A la cita de hoy acudirán los burukides Koldo Mediavilla y Joseba Egibar; el portavoz de Lakua, Josu Erkoreka; y el secretario de Presidencia, Jesús Peña. Desde el PSE estarán los miembros de la ejecutiva Miguel Ángel Morales y Begoña Gil; el líder en Gipuzkoa, Iñaki Arriola; y el portavoz parlamentario, José Antonio Pastor.