BILBAO - Desde la creación del Tribunal Superior de Justicia de la CAV allá por 1989, la izquierda abertzale se ha prodigado en acudir a este tribunal para defenderse en diferentes procesos judiciales cuando no para ejercer como acusación. Pero nunca ha asistido en estos 27 años al acto de apertura del año judicial. Renunció a ello por incompatibilidad de caracteres. Bajo la marca de EH Bildu, este año sí, ha decidido estrenarse en el acto y enviar una delegación políticamente muy cualificada integrada por la parlamentaria e histórica militante de la izquierda abertzale Jone Goirizelaia, el también parlamentario y abogado como ella Julen Arzuaga, y la vicepresidenta de la Mesa del Parlamento Vasco, Eva Blanco.

En el fondo de esta larga ausencia de la izquierda abertzale en un acto tan solemne está la relación que ETA y sus terminales políticas han mantenido con la justicia. Por un lado, los atentados y asesinatos de jueces españoles y vascos (José María Lidón y José Javier Jáuregui) perpetrados por la organización armada, así como la extorsión y amenazas a representantes del sistema judicial. Y, por otro, la legalidad en algunos casos excepcional aplicada por las y los jueces sobre miembros de la izquierda abertzale y/o sus siglas y los integrantes de la banda armada.

En sus explicaciones de por qué esta vez han acudido al Palacio de Justicia de Bilbao, sede del alto tribunal vasco, Arzuaga se refirió a los “graves agravios cruzados” entre la izquierda abertzale y la justicia, insistió en que por parte de ambos “se han sufrido agravios importantes en el pasado”.

Han pasado cinco años desde el cese de la actividad armada de ETA, tiempo que ha necesitado la izquierda abertzale para empezar a restablecer lo que ayer Arzuaga denominó una “normalización de todas las relaciones” con la administración de justicia. La ausencia de violencia en las calles y la consiguiente relajación en el debate político no son ajenos a este cambio operado en la izquierda abertzale que va más allá de lo simbólico.

El propio Arzuaga subrayó a las puertas de la sede judicial antes de comenzar el acto que “hoy es la primera vez” que participaban y que la razón es que “por primera vez, tenemos recogidos en el programa electoral importantes nudos que debemos soltar, que debemos resolver en torno a la justicia”. A renglón seguido, precisó que EH Bildu considera que “se dan circunstancias y las condiciones oportunas para que estos nudos se puedan resolver”.

Tras las explicaciones de su decisión, Arzuaga reclamó una “justicia transicional que resuelva esta justicia excepcional que se ha estado aplicando en este país para que sea una justicia ordinaria y que coadyuve a un futuro en paz y normalización política”. Asimismo, pidió una justicia descentralizada para que sean los jueces naturales y más próximos los que apliquen la justicia, “los que hagan ejecutar lo decidido por la justicia”.

El parlamentario de EH Bildu insistió en su petición de una justicia que, en materia de ETA y otras violencias “dé respuesta al presente y nos proyecte a un futuro en el que entendemos que la ciudadanía lo que quiere es una justicia de aquí, aplicada por los de aquí y llevada a la práctica desde los planteamientos y las prioridades que quiere la sociedad vasca”.

Junto a los representantes de la izquierda abertzale, participaron en el acto miembros de otras formaciones políticas aunque en un número más reducido: Cristina Macazaga (Podemos), Alfonso Alonso (PP) e Iñigo Iturrate (PNV). El resto de los presentes fueron cargos institucionales de los gobiernos vasco y español, así como de la Diputación vizcaína y el Ayuntamiento de Bilbao, las principales autoridades de la judicatura vasca, así como representantes de las fuerzas de seguridad del Estado y del Ejército. - DNA