Washington - La candidata demócrata a la Casa Blanca, Hillary Clinton, ganó la pasada noche el tercer debate a su rival republicano, Donald Trump, con un margen de 13 puntos (52% frente 39%), el menor de los tres cara a cara, según una encuesta de la cadena CNN. Después del primer debate del 26 de septiembre el 62% optó por Clinton y el 27% por Trump (una diferencia de 35 puntos), mientras que en el segundo, el 9 de octubre, el margen se redujo a 23 puntos (57% a 34%) en favor de la demócrata. Entre los que vieron el debate, el 50 % respondió que Clinton puede administrar mejor la economía (48% Trump), mientras que el 49% respondió que el magnate neoyorquino gestionará mejor la inmigración.

Además, el 47% opinó que Trump fue el más sincero en el debate, mientras que un 46% dijo que fue Clinton, la más franca. En el primer debate, Clinton tenia un margen de 13 puntos (53 % a 40 %) en este campo. La encuestadora ORC realizó el sondeo para la CNN tras finalizar el debate con una muestra de 547 encuestados con un margen de error del 4%.

El insólito rechazo del candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, a confirmar si aceptará el resultado de unas elecciones “amañadas” marcó la pasada noche el tercer y último debate con su rival demócrata, Hillary Clinton.

Aunque ya había expresado en mítines y entrevistas sus dudas sobre la limpieza de los comicios, la teoría conspirativa de Trump resonó con enorme fuerza al esgrimirla frente a Clinton y ante millones de telespectadores que siguieron el careo, celebrado en Las Vegas (Nevada) en horario de máxima audiencia televisiva. Preguntado por el moderador del choque dialéctico, Chris Wallace, de la cadena conservadora Fox News, sobre si acatará el veredicto de las urnas en los comicios del próximo 8 de noviembre en caso de que gane la ex secretaria de Estado, el magnate optó por el “suspense”. “Se lo diré en su momento. Voy a mantener el suspense”, contestó el multimillonario neoyorquino, quien culpó a la prensa “corrupta” y “deshonesta” de haber “envenenado las mentes de los votantes”, que participarán en unos comicios “amañados”. “Permítame responder a eso, porque eso es horrible”, se apresuró a decir Clinton. “Tenemos 240 años. Hemos celebrado elecciones libres y justas. Hemos aceptado los resultados cuando no nos han podido gustar y eso es lo que debería esperarse de alguien en el escenario de un debate durante unas elecciones generales”, espetó la ex primera dama.

Trump soltó su bomba a menos de tres semanas de las elecciones, lastrado por sus recientes escándalos sexuales y en un momento en que todas las encuestas vaticinan un descalabro electoral del empresario de los hoteles y los casinos.

Acusación sin precedentes La sorprendente acusación del multimillonario, sin precedentes en un aspirante presidencial de un gran partido en la historia moderna de Estados Unidos, acaparó automáticamente las portadas de los medios y las tertulias políticas del país norteamericano. “Es una noche muy triste para nuestro país. Es la primera vez en la historia de nuestro país que (un candidato) tiene tan poca fe en nuestras instituciones y nuestro pueblo”, afirmó, visiblemente airado, el analista político Van Jones en la cadena CNN.

Desde el propio Partido Republicano, cuya cúpula ha perdido la paciencia con el impulsivo magnate y le ha retirado su apoyo, voces como la del respetado senador Lindsey Graham criticaron a Trump por sus infundadas alegaciones de manipulación en el sistema electoral. “Como muchos estadounidenses, tengo confianza en nuestra democracia y nuestro sistema electoral. Durante este debate, el señor Trump está haciéndole al partido y al país un gran daño al seguir sugiriendo que el resultado de estas elecciones no está a su alcance y está ‘amañado’ en su contra”, subrayó Graham. “Si él pierde, no será porque el sistema esté amañado, sino porque él fracasó como candidato”, concluyó el senador, quien compitió por la nominación presidencial con el empresario en las elecciones primarias republicanas.

El careo también dejó otros momentos muy comentados, como cuando la ex secretaria de Estado acusó al empresario de ser la “marioneta” del presidente ruso, Vladimir Putin, a quien Trump ha elogiado en numerosas ocasiones.

Trump, acusó a su rival de estar detrás de las acusaciones de abuso sexual que han hecho contra él varias mujeres en las últimas semanas. Preguntado por este tema Trump reiteró que se trata “de historias falsas y ya desacreditadas” y responsabilizó a la campaña de Clinton de esa ola de acusaciones. “Es la única manera. Esas historias son totalmente falsas, ni siquiera le pedí perdón a mi mujer porque no hice nada, no las conozco, quieren fama o fue su campaña (la de Clinton) la que lo hizo”, afirmó el republicano. En medio de este alegato, Trump acusó también a Clinton de incitar a la violencia en sus mítines incluso pagando a personas para ello.

Trump, insistió en la construcción de un muro que separe EEUU de México, mientras que su rival demócrata, Hillary Clinton, dijo que bajo su presidencia no habrá “fronteras abiertas”. “Quiero el muro, tenemos que detener las drogas. Tenemos a hombres malos que se tienen que ir. Cuando la frontera esté segura vamos a tomar una decisión sobre lo demás”, dijo Trump.

A juicio de Aaron Kall, experto en debates electorales de la Universidad de Michigan, la aspirante demócrata ofreció, al igual que en los dos choques presidenciales anteriores, la imagen del candidato “más regular y equilibrado”.

“Sintiendo que la victoria está en sus manos, Clinton hizo todo lo que pudo para llegar a los votantes republicanos y moderados, cuyo apoyo necesitará para un gobierno exitoso y la aprobación de su programa legislativo”, explicó Kall.

A juicio del experto, poco puede trastocar ya el “sustancial liderazgo” de Hillary Clinton en las encuestas a nivel nacional y en estados indecisos clave, a menos que se cruce en su camino hacia la Casa Blanca un “gran suceso inesperado”.