madrid - Las diferencias surgidas en las últimas semanas entre Pablo Iglesias e Iñigo Errejón se hicieron notar ayer en la reunión del Consejo Ciudadano Estatal, pero no fueron a más. Por primera vez, ambos dirigentes pudieron contrastar sus modelos cara a cara, más allá de los mensajes cruzados en redes sociales, aunque eludieron el enfrentamiento directo y optaron por dar una imagen de unidad. En un debate marcado por la crisis del PSOE y su probable abstención en una próxima investidura de Rajoy, el secretario general de Podemos reivindicó un partido combativo, rebelde, y que no afloje su discurso contra los partidos tradicionales. Su número dos, sin embargo, abogó por reforzar el trabajo en las instituciones, ya que ve necesario curtirse en ellas antes de poder gobernar.
En su intervención principal ante más de 100 militantes y dirigentes de la formación, Iglesias defendió la necesidad de transmitir un mensaje claro y alejado de la moderación y transversalidad que buscan los sectores próximos a Errejón. “No podemos volver a pensar que el tono o que determinadas piruetas nos van a dar credibilidad. Creo que la credibilidad nos la da no disfrazarnos y decir las cosas como son”, aseguró. El secretario general tampoco eludió el debate sobre la presencia en las instituciones y advirtió de su peligro, ya que a su juicio “se pueden convertir en trituradoras de la decencia”. Así, antepuso el trabajo a pie de calle y el no perder el pulso a los problemas de la sociedad. “Las instituciones son lo más importante para cambiar la realidad si gobiernas, pero es fundamental estar permanentemente alerta para que la institución no te convierta en aquello que pretendes combatir”, explicó.
Por otro lado, el líder de Podemos advirtió que los canales y las formas de transmitir los mensajes políticos de su formación están cambiando constantemente, por lo que ya no basta con estar presente en los programas y debates televisivos. Iglesias argumentó que “hubo un tiempo en el que debatir en La Sexta Noche podía ser determinante”, pero en el escenario actual la batalla ideológica no debe darse solo en la televisión, sino en la “sociedad civil” y en las bases. En la misma línea, se mostró partidario de crear “medios alternativos” para difundir las ideas de la formación morada.
Errejón, por su parte, insistió en sus discrepancias con los planteamientos de su secretario general, pero evitó abrir una guerra interna. El secretario de Política considera que la posibilidad de ser una alternativa de Gobierno “no caerá del cielo por los errores de otros” y que “la clave es ser una fuerza dirigente antes que gobernante”. Por ello, pidió más labor cultural, social e institucional, ya que no ve contradicción entre instituciones y calle. “Por responsabilidad con los cinco millones de españoles que ya confían en nosotros pero también con los muchos que aún no lo hacen pero nos miran de reojo esperando una alternativa, de lo que nosotros discutimos es de cómo construir una fuerza de futuro”, resumió.
NO CORTAR CABEZAS A pesar de las diferentes estrategias de Iglesias y de Errejón sobre cómo afrontar el futuro del partido, fuentes de la formación morada aseguran que en el debate mantenido ayer coincidieron en aspectos como “levantar una agenda alternativa” y “generar certezas” desde la oposición al PP en el Congreso. “Las diferencias están más en los matices que en los principios”, recalcan estas voces, que indican además que la celebración del Consejo Ciudadano Estatal tenía precisamente como objetivo buscar la unidad de Podemos y no “cortar cabezas” de los dirigentes críticos.