foronda - Avalado por el excelente resultado electoral del pasado domingo en plena época de incertidumbre política en toda Europa, ayer el lehendakari, Iñigo Urkullu, se presentó ante los simpatizantes y militantes del PNV reunidos en Foronda en el trigésimo noveno Alderdi Eguna con un programa para los próximos cuatro años que se fundamenta en asentar la “construcción social y la construcción nacional” de Euskadi. Ayer este último aspecto, el del avance en el autogobierno vasco, ocupó el grueso de un discurso en el que Urkullu agradeció a la militancia su papel en el éxito electoral del 25-S y en el que tendió la mano al resto de formaciones para llevar adelante estas políticas.
“Lo mejor de Euskadi está por llegar. Somos un pueblo en marcha, no nos vamos a detener. Hablo de la nación vasca, una nación que vamos a seguir construyendo mirando a Europa, reforzando la Eurorregión, impulsando la Federación de Naciones. Una nación con vocación de Estado de todo un pueblo, el Pueblo vasco, que progresivamente vaya construyéndose según la voluntad de sus ciudadanos y ciudadanas. Hoy planteamos al Estado una relación de igual a igual, bilateral y con garantías de cumplimiento, que reconozca la realidad nacional de Euskadi”, señaló el lehendakari.
A lo largo de la pasada campaña, en relación a esta cuestión del futuro de Euskadi como nación, se confrontaron los modelos de EH Bildu y el del PNV, y en respuesta a las propuestas de la coalición abertzale, orientadas hacia la unilateralidad, Urkullu habló de “realismo”, de plantear propuestas “sin construir castillos en el aire, sin infantilismos políticos”. Habló también de “verdad”, y en ese sentido el PNV ha evitado “la demagogia, el prometer por prometer”; y propuso además alcanzar los objetivos por la vía del “trabajo”, renunciando “al maximalismo del todo o nada, que normalmente termina en nada”.
Con esos mimbres, el lehendakari planteará “un acuerdo entre diferentes, con todos los partidos, con todas las instituciones”, un pacto en el que incluyó explícitamente a Navarra e Iparralde, porque “somos hermanos”. En línea con lo planteado en la campaña, Urkullu dijo que a partir de ese pacto entre vascos que quiere alcanzar, “con esa fuerza”, se propondrá “un acuerdo al Estado” para que se vea reconocido el carácter nacional de Euskadi. “Hablo -dijo- de una utopía realizable, hablo de la Nación vasca”. Una utopía, afirmó, que se debe alcanzar “en un camino progresivo y gradual, paso a paso, con determinación, juntos”.
La construcción nacional será uno de los ejes de la legislatura que ahora va a comenzar, pero además de cara a los próximos cuatro años Urkullu plantea “avanzar como sociedad sin dejar a nadie atrás”. El lehendakari advirtió de que los problemas cambian pero no desaparecen”, y de que en un mundo globalizado, “frente a la incertidumbre global y la inestabilidad en España necesitamos en Euskadi un gobierno responsable y fuerte que nos dé estabilidad, un gobierno abierto al diálogo, la colaboración y el acuerdo. Tenemos ilusión y oportunidades -afirmó- para seguir creciendo y ganar nuestro espacio en el mundo”.
En recuerdo de agirre En una jornada en la que Urkullu quiso rendir tributo al lehendakari Agirre, a falta de unos pocos días para que se cumplan ochenta años de la constitución del primer Gobierno Vasco -la efeméride será este viernes-, el actual líder de la institución lanzó las tres consignas que emplazó a los jeltzales a aplicar en su día a día. “Humildad, humildad y humildad; compromiso, compromiso y compromiso; trabajo, trabajo y trabajo. Esa tiene que ser nuestra actitud gobernando y nuestra manera de llevar el partido”, enfatizó.