foronda - Siete días después de haber obtenido el refrendo de la ciudadanía a la gestión de los últimos cuatro años, ayer el PNV celebró un Alderdi Eguna que, como señaló el presidente del EBB, Andoni Ortuzar, más que un día del partido era un “eskerrak emoteko eguna, un día de acción de gracias” a los simpatizantes y militantes jeltzales. Una jornada para dar gracias a las bases, pero también al lehendakari, a quien Ortuzar quiso reconocer “todo lo que nos has dado y todo lo que nos vas a dar; has recibido lo más grande que puede soñar una persona que se dedica al servicio público: el voto mayoritario de la ciudadanía y, con él, el reconocimiento de lo que has hecho y la confianza en lo que vas a hacer. Como te conocemos bien -le dijo a Urkullu- sabemos que además de orgulloso y agradecido por los votos conseguidos te sentirás obligado, en deuda, con las 400.000 personas que te han elegido. También sabemos que no les vas a fallar, y tú sabes también que no estás solo, que nos tienes a tu lado, que este partido está orgulloso de ti y estará donde nos necesites”.

Ese partido al que se refería Ortuzar tiene una fórmula para el éxito “como la de la Coca-Cola, pero con una diferencia, nuestro secreto no está oculto, no está en ninguna caja fuerte: nuestra fórmula está aquí, en esta campa, a la vista de todo el mundo, somos todos los que estamos ahora en Foronda, sois las mujeres y hombres del PNV”.

El optimismo reinaba en esta edición del Alderdi, y así lo dejó patente Ortuzar, que apeló al “momento dulce” que vive el partido, tanto de puertas para adentro como en cuanto a respaldo ciudadano, en plena crisis política mundial.

“Con la que está cayendo en todo el mundo, con las sonoras bofetadas que se están llevando todos los partidos de gobierno en Europa, nosotros salimos de las elecciones con más apoyo del que teníamos. Hemos ganado en votos, hemos ganado en porcentajes y hemos ganado en parlamentarios. Es como para estar orgullosos, y estamos orgullosos”, enfatizó el dirigente nacionalista que, eso sí, advirtió contra el triunfalismo aún con la resaca del 25-S muy fresca en la memoria.

“Ni el liderazgo es hereditario ni la unidad interna es un maná que cae del cielo o que se puede comprar en la tómbola del Alderdi Eguna. No se nos va a subir a la cabeza el triunfo electoral”, avisó.

Y en materia de soberanismo, Ortuzar incidió en el mensaje que también lanzó Urkullu. Con el apoyo cosechado hace siete días se pretende llevar adelante un proyecto con un gran objetivo en el horizonte; el de “dar un salto de gigante en el autogobierno para construir nación”, y para ello reclamó el apoyo del resto de fuerzas políticas vascas, “especialmente” de las que “quieran avanzar”, de las que “consideren que Euskadi es una nación y que como tal debe ser reconocida”. Para Ortuzar, en definitiva, “la Euskadi de 2020 no admite vetos ni tiene que tener temas tabú”.