Foronda - El desencuentro entre el PNV y ELA se ha recrudecido durante la campaña electoral con la protesta del sindicato ante la sede de Lehendakaritza.

¿Qué le ha parecido la irrupción de ELA en la campaña electoral contra el lehendakari Urkullu?

-Me ha parecido una vergüenza. Jamás un sindicato ha protagonizado una intromisión de ese nivel en una campaña y además con un propósito tan claro de perjudicar al PNV. Esto nunca lo han hecho en unas elecciones contra el PP ni lo vimos hace cuatro años contra el Gobierno de Patxi López. Soy afiliado de ELA desde hace muchos años. ELA es a veces una organización bipolar con una praxis razonable en muchos centros de trabajo, pero luego tiene una ejecutiva completamente politizada que quiere ser un contrapoder político. No están contentos con el papel que juegan y quieren condicionar la política vasca sin presentarse a las elecciones. Por ahí no pasamos, que se presenten a las elecciones. Seguramente Bildu acogería a Txiki Muñoz en sus listas electorales.

¿Es compatible tener, como en su caso, los dos carnés, el de ELA y el del PNV?

-Yo me resisto a marcharme de ELA, me dan ganas de hacerlo muchas veces. El sindicato ELA que yo conocí, y lo que conozco de muchos delegados y comités de empresa, no es la ELA de Txiki Muñoz y su equipo. Hay mucha gente que no está de acuerdo con eso. Entonces, ¿por qué nos vamos a marchar aquellos que pensamos que representamos lo que ELA era y no debía de haber dejado de ser? Me duele porque me genera una contradicción enorme, pero no lo voy a dejar. - H. U.