Brasilia - El Senado brasileño inició ayer la última sesión dedicada a la presentación de testigos en el juicio político contra la presidenta Dilma Rousseff, quien comparecerá personalmente mañana, antes de que se decida sobre su eventual destitución. La fase definitiva del proceso comenzó el pasado jueves y hasta ahora había estado dedicada exclusivamente a escuchar a los testigos que han presentado la parte acusadora y la defensa. Esta primera etapa fue clausurada ayer con la comparecencia del exministro de Hacienda de Rousseff, Nelson Barbosa, y del abogado Ricardo Lodi, los dos últimos testigos de la defensa. Tras esta sesión, el proceso tendrá un breve receso hasta mañana, cuando Rousseff presentará su alegato final ante el Senado, constituido en tribunal y dirigido por el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lewandowski, quien avala así la constitucionalidad del juicio político. La que será la primera y única comparecencia de Rousseff ante sus jueces se prevé como uno de los momentos más tensos del juicio, que se arrastra desde diciembre pasado y llegó a uno de sus puntos culminantes el 12 de mayo, cuando el Senado instauró oficialmente el proceso y suspendió de sus funciones a la mandataria.

Desde esa fecha, el poder está en manos del hasta entonces vicepresidente Michel Temer, quien está abiertamente enemistado con Rousseff y completará el mandato que vence el 1 de enero de 2019 en caso de su destitución. En la sesión de mañana, Rousseff dispondrá de media hora para su exposición y luego deberá responder a las preguntas que pueda hacer cada uno de los 81 senadores, que en su gran mayoría ya anticipó que votará por desalojarla definitivamente del poder. - Efe