zarautz - “Este es nuestro modelo: dar cuenta de lo que hemos hecho, presentar nuevos compromisos y cumplir la palabra dada”. Sin descuidar otros ámbitos de la acción del gobierno, la economía vuelve a ser la principal prioridad del PNV. Con el reto de reducir la tasa del desempleo por debajo del 10% de la población activa, el lehendakari y candidato jeltzale a la reelección, Iñigo Urkullu, defendió ayer en Zarautz más y mejor empleo: “No nos podemos conformar mientras no recuperemos todos los empleos perdidos durante la crisis”.
El candidato a la reelección, Iñigo Urkullu, volvió ayer al tradicional acto con el que el PNV abre los cursos políticos el último viernes de agosto y subió al estrado con tres tareas: “Dar cuenta de lo realizado, explicar lo que queremos hacer y, lo más importante, dar la palabra del PNV: vamos a cumplir con nuestro programa”.
“Orgullosos del país que estamos construyendo juntos. Orgullosos de Euskadi, orgullosos de la sociedad vasca”, Urkullu puso la vista en los logros de la sociedad y ya en la próxima legislatura, donde la reactivación económica vuelve a estar entre las cuatro prioridades del PNV junto a la construcción del modelo de protección social “sin dejar a nadie atrás”, el nuevo estatus y la convivencia.
Tras cuatro años “que no han sido fáciles ni para la sociedad ni para el Gobierno vasco”, el jefe del Ejecutivo puso en valor la “rectitud”, la “prudencia” y la “lealtad” del PNV al frente Lakua. Subrayó los compromisos cumplidos tanto en materia legislativa, donde destacó la Ley Municipal, como en materia social (“dos de cada tres euros a gasto social”) y las 18 iniciativas en torno a la convivencia y la paz desarrolladas por la Secretaría de Paz y Convivencia, entre otros.
“Antes, Euskadi estaba en recesión y ahora, crece; antes las empresas se cerraban y ahora, se abren; antes subía el paro y ahora, se crea empleo”, contrapuso el jefe del Ejecutivo vasco, quien se presentó en Zarautz “con ilusión” ante la cita del próximo mes habida cuenta de “los resultados que está consiguiendo la sociedad vasca” en muchas de las materias que desgranó como la innovación, las exportaciones, la igualdad de género y el turismo, entre otros.
Una sociedad, eso sí, que afronta una nueva cita electoral no sin incógnitas. Las últimas encuestas, publicadas entre abril y junio, dan al PNV como vencedor de las elecciones autonómicas con entre 24 y 27 escaños, seguido por EH Bildu y Podemos, a quienes no citó y que según los estudios sociológicos fluctúan entre 15 y 18 asientos, 14 en el caso mínimo de la formación morada, que a su vez venció en la CAV en las dos últimas elecciones generales.
Urkullu, aplaudido durante su intervención y con la vista puesta en la cita de menos de dentro de un mes, prometió más: “Quien conoce al PNV, sabe que no nos damos por satisfechos”. Además del “reto de esta sociedad” de reducir la tasa de paro por debajo del 10% (en el segundo trimestre Eustat arrojó una cifra del 13,9% de parados; la EPA que publicó el INE a finales de julio, una tasa del 12,5%), el candidato jeltzale prometió “seguir mejorando” la calidad de la educación y de Osakidetza, incrementar las ayudas a las familias en un 50%, reducir la tasa de pobreza, consolidar la industria en el 25% del peso de la economía vasca, poner en marcha 100 proyectos de investigación, fomentar el euskera sobre todo entre los jóvenes y reducir las emisiones a la atmósfera en un 20%. Urkullu también enumeró entre sus compromisos “acordar y pactar un nuevo estatus político para Euskadi”.
Cuestiones pendientes En un un mitin ante más de 250 personas entre los que estaban los principales cargos del Gobierno y el PNV, y que arrancó a los sones del Bok Espok de Kepa Junkera, Urkullu hizo un llamamiento a la defensa de los intereses de Euskadi frente “a quienes quieren liquidar nuestro autogobierno”. Como breve apunte sobre la situación del Estado (que dejó a Ortuzar, “la voz autorizada”), respondió a las críticas de quienes le acusan de “Sanchecificarse” o de adelantar las elecciones para pactar después con el PP: “Ambas cosas no son compatibles”.
En la línea de las consecuencias para Euskadi, volvió a repetir lo ya señalado por el PNV ante la investidura española: “El acuerdo PP?-Ciudadanos significa una vuelta al pasado, al puro centralismo. Pretenden eliminar la singularidad vasca y vaciar el bienestar de Euskadi. Y la pregunta es: ¿cómo alguien puede pretender que el PNV apoye esto por acción u omisión? Es imposible”, apostilló.
Por ello, en un discurso en el que intercaló el euskera y el castellano, llamó a responder “de manera contundente” el 25-S a “estos cuatro años que han supuesto el mayor ataque al autogobierno” con la “defensa” de los territorios históricos, del autogobierno y “de la agenda vasca: más autogobierno, más bienestar, más convivencia y un nuevo futuro político”.
UNIDAD DE ESPAÑA Por su parte, el presidente del GBB y cabeza de lista por Gipuzkoa, Joseba Egibar, reclamó ayer la fuerza de la ciudadanía el próximo 25-S para que Euskadi construya su futuro y sus estructuras de Estado. A su entender, con la precampaña y la campaña llegan “preguntas que como partido y pueblo tendremos que responder”.
Entre ellas, citó Egibar, se halla lo que puede ofrecer el Estado español. “Ni a los vascos ni a los catalanes nos va a venir nada bueno de España”, avisó antes de expresar que “solo se ponen de acuerdo para defender su unidad. Tanto PP, PSOE, Ciudadanos como, en su medida, Podemos. Tenemos que tener claro qué viene de allí. Como decíamos en la anterior campaña, para que nos respeten, detrás del partido necesitamos la mayor fuerza, el mayor número de votos posible. Si no, no nos van a respetar. En los temas de calado, todos, incluido Podemos, piensan igual”.