Ankara - La ofensiva terrestre turca contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI) en Siria prosiguió ayer por tercer día consecutivo, tras atacar anoche con artillería posiciones de las milicias kurdo sirias YPG, consideradas terroristas por Ankara. El Estado Mayor del Ejército turco indicó ayer que la operación Escudo del Éufrates tiene como objetivo acabar con las amenazas a sus fronteras que representan distintas organizaciones terroristas. El Ejército situó al EI como el principal objetivo de su ofensiva, que le ha llevado a arrebatarle la ciudad de Yarabulus el miércoles, quince horas después de entrar en territorio vecino a la altura de la ciudad turca de Karkamis. La operación para desalojar al Dáesh (acrónimo en árabe del EI) y a las milicias kurdas de la ribera occidental del Éufrates se desarrolla en coordinación con la coalición antiyihadista liderada por Estados Unidos y con el Ejército Libre Sirio (ELS).
El ministro turco de Defensa, Fikri Isik, indicó que en la ofensiva murieron dos miembros del ELS y que ningún militar de Turquía resultó herido. Entre 350 y 500 soldados y una treintena de carros de combate participan en la operación en territorio sirio, apoyados por fuego aéreo y de la artillería turca, según los medios.
El jueves el Ejército turco bombardeó por primera vez posiciones de las milicias kurdo sirias Unidades de Protección del Pueblo (YPG) al sur de Yarabulus aduciendo que no se habían retirado, como lo exige Ankara y Washington, al lado occidental del río Éufrates, sino que estaban avanzando hacia la ciudad. Ankara considera que las YPG, que luchan contra el EI con el apoyo de Estados Unidos, están vinculadas al proscrito Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), la guerrilla kurda en Turquía.
Once policías muertos Las fuerzas de seguridad turcas sufren ataques casi diarios del PKK tras el fin de un alto el fuego unilateral por el fracaso de las conversaciones de paz con el Gobierno en julio de 2015. El último de esos atentados se produjo ayer en la ciudad de Cizre, en la provincia suroriental de Sirnak, cuando un camión bomba explosionó en un puesto de control a la entrada de un edificio de la policía antidisturbios, matando a once agentes y causando 78 heridos.
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, dijo ayer que este ataque “muestra qué correcto” está el Estado turco con la operación iniciada para liberar Yarabulus del EI y ampliarla a “todas las organizaciones terroristas”. Clasificado como terrorista por Turquía, la Unión Europea y Estados Unidos, el PKK, que reivindicó el ataque de ayer, emprendió en 1984 una lucha armada para obtener más autonomía para los más de 12 millones de kurdos que viven en el país.
Ankara teme que las YPG aprovechen en Siria el vacío que dejan los yihadistas derrotados para hacerse con el control de una franja territorial ininterrumpida fronteriza con Turquía y que, detrás de esa estrategia, haya un plan para un Estado independiente kurdo. Isik dijo que el PYD (partido sirio que da cobertura a las YPG) quiere unificar los cantones controlados por los kurdos al este de Yarabulus con otros del oeste y afirmó: “No podemos permitir que eso ocurra”. “Hay que limpiar por completo del EI, es una necesidad absoluta. Pero no es suficiente para nosotros (...) El PYD y las YPG no deberán sustituir al EI allí”, señaló el ministro a la cadena NTV. El Estado Mayor turco aseguró que la ofensiva en Siria es legal desde el punto de vista del derecho internacional, ya que se ampara en el derecho a defender las fronteras y a una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU para combatir al EI allí donde esté.
Ayer cayeron en suelo turco proyectiles de mortero lanzados desde cerca de la localidad siria de Yayladagi, en la provincia meridional de Hatay, que hirieron a tres soldados. En esa zona combaten yihadistas del Dáesh, milicias kurdas y militares leales al presidente sirio, Bachar al Asad, por lo que no está clara la procedencia de los morteros.
El primer ministro turco, Binali Yildirim, subrayó ayer que su país se encuentra en una “guerra total” contra el terrorismo y que la operación en el norte de Siria continuará hasta que “Dáesh y todos los demás elementos terroristas abandonen la zona”. No obstante, en rueda de prensa en Estambul rechazó informaciones de medios occidentales que sugieren que la ofensiva terrestre se dirige sobre todo contra las milicias kurdo sirias.
Aludió a un artículo del semanario alemán Der Spiegel que afirma que la lucha contra el EI es una excusa para combatir a los kurdos sirios y que éstos temen una larga ocupación de las fuerzas turcas. “La revista está probablemente viviendo en otro planeta. O bien es incapaz de darse cuenta de lo que está pasando o hizo el reportaje con mentiras descaradas para hacer su negocio”, dijo Yildirim. Por otra parte, Erdogan mantuvo ayer una conversación telefónica con su homólogo ruso, Vladimir Putin, en la que “llegaron a un acuerdo para acelerar los esfuerzos en la entrega de ayuda humanitaria a Alepo”.