pamplona - Desde la perspectiva que proporciona tener un pie todavía en el verano y otro en el inicio del curso, la presidenta del Gobierno de Nafarroa, Uxue Barkos, tuvo tiempo ayer para analizar no sólo la complicada situación política que se está produciendo en Madrid, y que indudablemente tiene efectos negativos sobre Navarra, sino también los primeros pasos que se darán desde el Ejecutivo en el segundo curso de la legislatura.

Uxue Barkos, que a primera hora atendió los micrófonos de Euskadi Irratia y a las 11.00h acudió a Elizondo para asistir a un encuentro con niños saharauis, mostró su preocupación por los últimos movimientos que se han dado en el Congreso y que han desembocado en un acuerdo entre PP y Ciudadanos para que Mariano Rajoy asista, el próximo 30 y 31 de agosto, a un debate de investidura al que siguen sin darle los números que le garantizan la reelección. Y no porque a la Comunidad Foral no le interese desde hace muchos meses desbloquear la situación de interinidad que impide negociar asuntos tan importantes como el cálculo de la aportación del Convenio económico, sino por el color del que podría ser el próximo Gobierno del Estado.

Ante la posibilidad de que sea Ciudadanos la muleta de los populares para permanecer en la Moncloa, Barkos admitió la “preocupación” que le suscita un partido que, a juicio de la presidenta foral, “ya ha dejado claro” cuál es su posición con respecto al “territorio foral” de Nafarroa. “No lo conocen y estamos preocupados”, remató Barkos. A nadie escapa que Ciudadanos, autodenominado como un partido de centro, aboga por una centralización de competencias y por limitar el autogobierno de Nafarroa y la Comunidad Autónoma Vasca, unas cuotas que se sitúan en las antípodas de los intereses del Gobierno navarro, decidido a profundizar en el autogobierno foral y a negociar con rigurosidad la cuantía del Convenio con el Estado español.

Sin embargo, parece tranquilizar a Barkos que durante la primera sesión de investidura “no va a haber mayoría” y se va a convertir en una “investidura fallida”, brecha que recomendó aprovechar a otras formaciones con posibilidad de Gobierno. “Sigo pensando que hace falta vocación de acuerdo y encuentro entre formaciones para conformar un gobierno progresista para algo que es fundamental para el conjunto de la ciudadanía, y es que haya una mínima estabilidad en el Gobierno”, analizó para terminar animando a la sociedad a que exija una solución a la interinidad, que va camino de cumplir un año. “Algo inexplicable e inaceptable”, concluyó.

Las palabras de Uxue Barkos tuvieron pronta respuesta por parte de Ciudadanos Navarra. En un comunicado, la formación naranja en la Comunidad Foral asegura sentirse agredida “gratuitamente” por parte de la presidenta del Ejecutivo: “Nos ha vuelto a llamar antiforales, además de ignorantes”.

En las líneas siguientes de la nota, C’s Navarra explica que el acuerdo alcanzado con el Partido Popular “no pone en riesgo el régimen foral de Nafarroa” y que sólo pretende “desbloquear la situación”. “Ya está bien de apelar al feudalismo arcaico para hacer creer a la sociedad navarra que Ciudadanos es una amenaza”, detallan en el texto, para concluir que es hora de arrojar luz y taquígrafos sobre el Convenio económico navarro y de acometer la reforma de la financiación autonómica.