madrid - Con el apoyo de Ciudadanos a la investidura de Mariano Rajoy tan solo pendiente de la aceptación del PP, en su Comité Ejecutivo del miércoles, de las condiciones impuestas por el partido de Albert Rivera, todas las miradas y la presión se dirigen hacia el PSOE. El desbloqueo de la actual situación sigue dependiendo de la formación liderada por Pedro Sánchez, y ayer se redoblaron las voces que reclamaron su abstención de cara a permitir un gobierno en Moncloa liderado de nuevo por Rajoy.
“En política, como en otras facetas de la vida, muchas veces nos toca escoger entre la solución mala y la menos mala”, urgió Rivera a Sánchez en un artículo publicado en El País en el que le propuso compartir con Ciudadanos “una oposición responsable y no populista”. Ambos podrían “desempeñar un papel clave para la estabilidad y el progreso de España” exigiendo “a un gobierno en minoría del PP las reformas, la regeneración y el control a la corrupción que nunca ha querido hacer el partido de Rajoy”.
El propio presidente popular, de vacaciones en Santiago de Compostela, dijo esperar que no se produzcan unas terceras elecciones porque, a su juicio, “sería una magnífica forma de que hiciésemos el ridículo todos”. “Desde luego, el PP, que es quien ha ganado las elecciones, va a tener una postura constructiva, pero los demás, aunque las hayan perdido”, también deben tenerla, defendió. En caso de no poder formar gobierno, el “crédito exterior” del Estado español “se vería muy dañado”, no se podrían aprobar los Presupuestos Generales del Estado, la economía se vería afectada y, en consecuencia, la “forma de vivir de los españoles”, concluyó.
También desde el PP, su vicesecretario de Organización, Pablo Casado, urgió al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, a ser un “hombre de Estado”, facilitar la investidura y anteponer los intereses de España, “incluso los de su propio partido a los suyos propios”. En declaraciones a los medios de comunicación en Donostia, donde estuvo acompañado del presidente del PP de Gipuzkoa, Borja Sémper, Casado reclamó “altura de miras” a los socialistas y valoró “muy positivamente” la postura de Ciudadanos al plantear una negociación, que esperó que esta semana “tome buen ritmo y llegue a buen término”.
Desde la formación naranja, su portavoz en el Ayuntamiento de Madrid e integrante de la Ejecutiva, Begoña Villacís, pidió al PSOE que valore “realmente el sentido de la abstención”, pues se trata de la “opción más razonable” al no haber más alternativa que unas terceras elecciones. Recordó que parte del “sector crítico del PSOE ya ha salido a favor de la abstención” y subrayó que, de culminar positivamente la investidura, el PP no mandaría “de forma hegemónica e independiente como ocurría antes”.
Las presiones a Sánchez llegaron desde sus propias filas, y el ex secretario general del PSE, Nicolás Redondo Terreros, advirtió en un artículo de opinión publicado en El Mundo del riesgo de caer en el “sectarismo” en su oposición cerrada al PP.