cuando la resaca electoral aún no ha cesado, los ciudadanos vascos se preparan ya para regresar a las urnas el próximo 25 de septiembre, esta vez para los comicios autonómicos. Euskadi se quiere alejar de la inestabilidad y del bloqueo político presentes en el Estado, donde ya se empiezan a atisbar unas terceras elecciones. Los partidos ya se han puesto manos a la obra con la designación de sus respectivos candidatos a la Lehendakaritza. Iñigo Urkullu (PNV), Arnaldo Otegi (EH Bildu), Pili Zabala (Podemos), Idoia Mendia (PSE) y Alfonso Alonso (PP) son los cinco principales aspirantes. A tenor de los pronósticos, sus planchas conformarán un Parlamento Vasco aún más fragmentado que el anterior con la previsible irrupción de Podemos y, en menor medida, de Ciudadanos.

El anuncio de la convocatoria electoral fue el pistoletazo de salida a una precampaña que se antoja muy reñida por el nuevo escenario político y la influencia de los movimientos de Madrid. DNA ha contactado con dos expertos sociólogos para analizar en profundidad los retos a los que se enfrentarán los cinco principales candidatos a Ajuria Enea. El director de Gizaker, Jon Urresti, y la directora del Deustobarómetro, María Silvestre, consideran que la conformación de acuerdos para construir el próximo Gobierno Vasco dependerá de la voluntad de los actores políticos para distanciarse del bloqueo instaurado en el Estado, aunque será más fácil debido a que en la CAV hay una mayor tradición de pactos. A juicio de Silvestre, “el primer reto será definir las alianzas y ver si se establecen en función de los ejes tradicionales -el identitario o el ideológico- o si se ofrecen vías nuevas”. Por su parte, Urresti apunta que los principales desafíos que se deberán afrontar pasan por “apuntalar el crecimiento económico, llegar a un verdadero acuerdo social, invertir en educación y en I+D+i y explorar medidas por la natalidad porque, a este paso, dentro de 30 años no tendremos una sociedad sostenible”.