madrid - Mariano Rajoy se ha visto obligado a descolgar por fin el teléfono y a dar el pistoletazo de salida a unas negociaciones que se le antojan, cuando menos, complicadas. En un día aciago para el PP, que vio cómo llamaban a declarar a Álvarez Cascos, Acebes, Arenas, Rato y Mayor Oreja en el juicio de la Gürtel, el presidente en funciones llamó al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, y al presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, con el objetivo de recabar su postura respecto a una posible investidura. Según informaron a Efe fuentes de La Moncloa, Rajoy se reunirá con los dos líderes la próxima semana: el martes a las 11:30 en el Congreso con Sánchez y el miércoles a las 9:30 con Rivera.
Este último acudirá a la reunión con el líder popular pero ha asegurado en reiteradas ocasiones que no negociará nada mientras el PP no cambie de candidato. Ciudadanos se ha comprometido a abstenerse en la segunda votación de la investidura alegando responsabilidad, pero no pasará de ahí y no aceptará en ningún caso entrar en un Gobierno presidido por Mariano Rajoy. La formación naranja apostará por ver lo que pasa en una supuesta investidura de Rajoy y, si fracasa, insistirá en su idea de un Ejecutivo a tres bandas con un presidente de consenso.
En cuanto a Sánchez, todo indica a que se enrocará en el no, a pesar de las presiones internas y externas que ha sufrido en las últimas semanas para que se abstenga y facilite un Gobierno en minoría del PP. El secretario general del PSOE pasa la pelota a Rajoy y le insta a que busque otros apoyos que le permitan ser investido. Finalmente, el presidente en funciones también llamó ayer por la mañana a Pablo Iglesias, pero no tiene intención de reunirse con él.