barcelona - El PNV quiso estar presente ayer en un momento histórico para Convergència, un partido con el que mantiene una relación fluida y al que ha trasladado su solidaridad en reiteradas ocasiones ante su proceso soberanista, si bien ambas partes defienden vías diferentes para ensanchar el autogobierno y respetan los planteamientos de cada cual. El presidente jeltzale, Andoni Ortuzar, estuvo presente ayer en el congreso del partido, ya que el PNV quería mostrar su “solidaridad, ánimo y apoyo” a la formación en el trance de su refundación. No obstante, las declaraciones ofrecidas por el jeltzale a ETB viraron pronto hacia la investidura del próximo presidente español y el profundo descontento que ha generado en el PNV el pronunciamiento del comité socialista del sábado. Ortuzar cree que el partido de Pedro Sánchez sigue eludiendo cualquier responsabilidad en la investidura, con la esperanza de que sean otros quienes asuman el coste político de apoyar a Mariano Rajoy y eviten unas terceras elecciones. El PNV lleva días acusando al socialismo de incurrir en una dejación de responsabilidades, pero ayer se mostró muy crítico al opinar que prima sus intereses internos y está condicionado por las luchas de poder.

Sánchez apostó el sábado por votar en contra de Rajoy, aunque el comité socialista no lo plasmó en una resolución por escrito y hay voces que apuntan a una abstención en el último minuto para evitar unas elecciones. No obstante, la consigna ahora pasa por mantener el rechazo con la expectativa de que otros partidos apoyen al PP y hagan más cómoda o incluso innecesaria la abstención del socialismo. Ortuzar opinó ayer que los socialistas “no están cogiendo el toro por los cuernos”. “No pueden evacuar su responsabilidad en el PNV o los nacionalistas catalanes, que tenemos rotas las relaciones con el PP desde hace tiempo. El PSOE es la segunda fuerza, en su mano está decidir si permite un Gobierno de Rajoy o si vamos a unas terceras elecciones”, dijo.

El socialismo mantiene el pulso y, a medida que se acerca la investidura, que podría arrancar el 27 de julio, aumenta la tensión entre las fuerzas políticas y el cruce de reproches entre el PSOE y el PNV, socios de gobierno en buena parte de las instituciones vascas. Los socialistas insisten en proyectar al PNV y a Convergència como afines ideológicos del PP y principales responsables de la investidura, aunque ya hay voces dentro del propio socialismo que admiten el exotismo de esa hipótesis y apuntan como opción más realista que Rajoy pacte con Ciudadanos y Coalición Canaria, aunque no lograse la mayoría absoluta.

Ortuzar acusó al PSOE de “hacer trampa” porque en dos meses va a tener que deshojar la margarita. “Da la sensación de que están imperando sus intereses internos, y esa pelea soterrada por el poder que está tapando todo lo demás y está obstaculizando que puedan tener una visión más responsable y hacerse cargo de la situación siendo el segundo partido”, defendió. Ortuzar se refería de manera implícita al cuestionamiento interno de Sánchez y a las tensiones entre los barones con vistas al congreso socialista de otoño.