Bilbao - La tendencia ya quedó perfilada el pasado mes de diciembre y esta segunda vuelta ha servido para acreditar, por un lado, el magnetismo de la formación morada, que se ha hecho más notoria en los grandes núcleos poblacionales de Bizkaia (ha sido la fuerza más votada en 22 municipios, ocho más que el 20-D) y, por otro, la influencia del PNV que vuelve a ser mayoritario en 76 localidades; no las mismas debido al trasvase de sufragios habido entre la coalición Unidos Podemos y EH Bildu, pero sí en idéntica cantidad.
En ese trasiego los jeltzales han perdido plazas como las de Galdakao, Sopela, Zaratamo, Derio, Sopuerta, Erandio, Leioa o Muskiz. Aunque los grandes perjudicados de estas Elecciones Generales han sido los integrantes de EH Bildu que han dejado de ingresar más de 14.000 papeletas hasta situarse por detrás incluso del PP, que ha sumado apoyos (aunque sean contados con los dedos de una mano) en casi la totalidad de las localidades vizcainas. En todo caso, el análisis del escrutinio de las 2.686 urnas colocadas apunta a un escenario en el que habría primado un interés del electorado vizcaíno por promover un cambio en La Moncloa.
Este hecho explicaría la mudanza de votos de formaciones veteranas hacia la novata de Unidos Podemos que ha extendido su sombra sobre el conjunto de Ezkerraldea y Meatzaldea, y sobrevuela otros puntos neurálgicos del territorio. Los morados se han quedado a menos de seiscientos votos (564) de ser los más apoyados en Durango; la diferencia es algo menor (338) en Plentzia; 207 en Balmaseda, y 161 en Orduña, por ejemplo. Pero el contrapeso a esa batalla política entre PNV y Unidos Podemos es una vez más Bilbao, donde los jeltzales se han impuesto por solo 639 votos debido a su resistencia en los distritos de Abando, Deusto y Uribarri.
Además, en el tablero de la capital vizcaína sobresalen los comportamientos anotados por populares y socialistas. Ambos mejoran su rendimiento con respecto a las elecciones del 20-D: más de 1.600 los primeros y más de 1.400 los segundos. Los peores resultados fueron, también aquí, para la coalición independentista, ya que EH Bildu se ha dejado más 3.300 votos entre uno y otro paso por las urnas.
En cualquier caso, el mapa de Bizkaia retratado tras estos comicios es, a grandes rasgos, un calco del dibujado hace seis meses, con un PNV que mantiene su crédito ante la ciudadanía (porcentualmente incluso sube con respecto a las elecciones del 20-D) pese a la incursión de los morados, más votados que los jeltzales, sí, pero que cosechan 10.589 votos menos que los contabilizados cuando Podemos e Izquierda Unida concurrieron por separado a finales del año pasado. De hecho, la fórmula de la convergencia con IU ha pasado factura a los morados, precisamente en los municipios más poblados: 4.270 en Bilbao, 1.697 en Barakaldo, 928 en Portugalete y 784 papeletas menos en Santurtzi.
En otra posición, ajena a estas pautas, se sitúa Getxo, donde la candidatura conjunta de Unidos Podemos también recauda 963 apoyos menos que cuando concurrieron por separado, pero donde sobresale el notable avance del PP y la consolidación del PNV, siglas estas últimas elegidas por el 30% del electorado, diez puntos más que los morados.
Y todo ello teniendo en cuenta que el desencanto o aburrimiento de la ciudadanía vizcaína se ha dejado notar en estas pasadas Elecciones Generales como evidencia el elevado índice de abstención registrado. Hasta 288.416 personas declinaron ejercer su derecho al voto este pasado domingo, un punto porcentual más que en diciembre; la mayoría de ellos en la propia Bilbao (88.970, en concreto).
El menor desgaste, en cualquier caso, ha sido el registrado por la formación jeltzale (indiscutible en las localidades más modestas) después de que una vez más las fuerzas históricas hayan visto arruinados sus proyectos a Cortes por la presencia de Unidos Podemos.