Vitoria - Puede que las encuestas previas presentasen como una posibilidad real el llamado sorpasso. De hecho, uno de los fundamentos de la alianza con Izquierda Unida de cara a esta cita con las urnas pasaba por la necesidad de ser capaces de sortear a la Ley D’Hondt y así superar a los socialistas en votos y representantes, pero a la formación de Pablo Iglesias el resultado de ayer por la noche le enfrentó a un panorama bien distinto. Es más, Unidos Podemos y las confluencias ni siquiera sumaron nada con respecto a los resultados obtenidos el pasado 20 de diciembre en las elecciones para el Congreso de los Diputados, quedándose en los 71 representantes.

Sólo en las tres circunscripciones del País Vasco así como en Barcelona y Tarragona, la agrupación consiguió tener buenas noticias siendo la más votada. Aún así, perdió más de un millón de votos y tampoco en el Senado consiguió añadir representación. Con todo, Iglesias aseguró sentirse orgulloso de la decisión adoptada de no apoyar el pacto de Pedro Sánchez con Ciudadanos y de haber consultado esa posición con sus bases. Eso sí, el líder de Podemos, que fue el primero en comparecen en la noche electoral con rostro serio y flanqueado por Alberto Garzón e Iñigo Errejón, reconoció desde el primer momento que los resultados “no son satisfactorios” puesto que “teníamos unas expectativas diferentes”.

“Es un resultado que nos ha sorprendido”, apuntó Iglesias al tiempo que subrayó el crecimiento que ha tenido Podemos en los dos últimos años -desde su presencia en las últimas europeas-, un tiempo en el que, a su juicio, su proyecto ha consolidado un espacio en el panorama político estatal. Pero el hecho de repetir número de representantes en el Congreso y de perder votos en las urnas, como él mismo reconoció, tiene que ser analizado a partir de hoy por parte de los partidos y confluencias que conforman Unidos Podemos. Ahora bien, y aunque no descartó dimisiones de manera tajante, apuntó que “aquí estamos para tirar del carro y asumir la responsabilidad”, también cuando no vienen bien dadas.

Molesto por los resultados del Partido Popular y ante el futuro de pactos que se abre para la elección del nuevo presidente del Gobierno español, Iglesias no quiso profundizar demasiado, aunque apostó por fortalecer un bloque de progreso frente a las políticas del recorte aplicadas por Mariano Rajoy. Eso sí, apuntó que hace ya un tiempo mandó “un mensaje” emplazando a Pedro Sánchez al diálogo sin que todavía haya tenido respuesta en ningún sentido.

A la esperar de ir concretando los siguientes pasos y poniendo en valor la coalición con Izquierda Unida como fórmula para el futuro a pesar de que el electorado no ha respondido en esta ocasión como se intuía, Iglesias se tomó la noche del 26 de junio también como un aprendizaje político para ellos. “Hemos madurado mucho en estos dos años y estamos ganando experiencia”, destacó, al tiempo que quiso también lanzar un mensaje de optimismo de cara a sus seguidores y a la sociedad española: “quizá haya que esperar más de lo que hubiéramos querido, pero nos vamos a seguir dejando la piel” por conseguir llegar a la Moncloa puesto que “siempre hemos salido a ganar” y eso no va a cambiar.

Con esas dos ideas básicas de decepción por los resultados pero mirada positiva hacia el futuro, otros representantes de la coalición y de las confluencias como Errejón o la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau se sumaron a lo largo de la noche al mismo análisis de Iglesias.