Por fin acaban las elecciones, aunque esta frase me suena haberla oído antes, así que tampoco vamos a cantar victoria pues la pesadilla de ver a políticos volver a hacer el ridículo en El Hormiguero no ha desaparecido aún. Y los resultados son lo que los sociólogos llamamos rodaballo frío de la nevera, es decir, un buen plato echado a perder y que no apetece meterle mano. Dicen que entre los atletas sabe mejor una medalla de bronce que una de plata. La de plata te deja a puertas del oro, y frustra; en cambio, la de bronce

te mete en el pódium y te da una alegría. Desconozco la satisfacción personal de los distintos líderes políticos pero tengo la sensación de que todos han quedado segundos. Nos soltarán el rollo de que gana la democracia, ganamos todos cuando la ciudadanía vota bla, bla? Muy bien, pero unos quedan primero y otros pierden votos y escaños. Las matemáticas son implacables. En Euskadi las cosas han quedado igual. Si hacemos la cuenta de la vieja y sumamos lo que sacaron Podemos e IU en el 20-D, resulta que sale lo mismito, y si no cuadran los datos en escaños es porque ahora hay que repartir lo que no rascaba IU pese a sus votos por la ley electoral. En Bizkaia los morados le muerden el culo al PNV, pero no nos engañemos, Unidos Podemos son dos partidos políticos distintos, y agárrense? ¡de izquierda asamblearia! A ver cómo acaba la cosa. Pero sí, Podemos gana las elecciones, pero es que resulta que el PSE no ha muerto y el PP sube escaños en España. Al respecto de Ciudadanos su resultado en cambio no es maquillable, se pega el gran bofetón. Va a ser que aquel documento miserable que firmó con el PSOE estaba envenenado.

Total, que aún no hemos superado la resaca de británicos arrepentidos con el Brexit y tenemos que movernos entre un Rajoy que gana pero que no le quieren ni en su partido, un Rivera que no se quita de encima el traje de imitación del PP, un Bildu que no sabe cuál es su programa, un PSOE que planea sin motor, un PNV que no se derrite ni en el microondas, y un Podemos monteseloud. a modo Ikea con catálogo incluido. Con este panorama sacamos la calculadora y vemos que la participación pírrica que hemos tenido cuadra perfectamente con el menú. Si preguntan respondemos, si preguntan otra vez pues respondemos lo mismo. Harley Davidson se dio cuenta hace ya unos años que sus motos estaban quedando obsoletas y sacó un eslogan que decía, “hemos cambiado todo para que nada cambie”. Siguen siendo motos lentas y ruidosas, pero la cosa es quese siguen vendiendo. Total, que nos quedamos igual oiga y mucho me temo que si nos vuelven a preguntar, pues responderemos lo mismo, es lo que tiene preguntar, que la gente va y dice lo que piensa y si no que se lo digan a Cameron. Otra vez con calculadora para pactos y es que un poco más y casi no la cagamos otra vez con lo que votamos.