Cuando se convocaron las elecciones para el 20-D, recuerdo pensé que en esas fechas con los ajetreos navideños, los chavales ya sin clase, las malditas comidas o cenas de empresa, iba a hacer que el turrón electoral no tuviera mucho éxito de convocatoria. Una vez más me equivoqué y Euskadi tuvo un índice de participación alto, cercano al 70%.
Ahora, convocadas para el 26-J, pensé lo mismo: puff, primer fin de semana del verano, los chavales sin clase y las casas de verano llenándose, la gente ávida de buen tiempo, Eurocopa y sobre todo, tras el espectáculo de la no investidura, “ésta vez sí que no va a ir a votar ni Blas, seguro que baja la participación 5 puntos”, me repetí.
Las encuestas de estos meses decían lo contrario pero, como los sociólogos a todo tenemos que buscarle justificación, decíamos: una cosa en la intención de ir a votar y otra será la realidad.
Pues con la realidad hemos topado: en los comicios de diciembre el voto por correo en Euskadi, fue del 2,2% del censo (aunque la gente también en esas fechas aprovecha para viajar y se mueve bastante, es un índice normal que para nada anunciaba una alta participación); sin embargo, para estas elecciones, el voto por correo en Euskadi es del 6%. Récord absoluto.
La excusa es fácil de encontrar: es verano y el personal, sabiendo que estará de viaje o previendo que ese día lo pasará fuera de casa y andará justo para votar, lo ha hecho por correo de forma más cómoda. Pero, que un 6% del censo total se moleste en ir a Correos manifiesta un enorme interés.
Ya tenemos encima de la mesa dos datos destacables: las encuestas que marcan un elevado nivel de participación y el récord de voto por correo para Euskadi. ¡Atentos, que algo se puede estar cociendo! A mí algo me está mosqueando y me temo que las tendencias en estos comicios están jugando a favor de los intereses de España, quedando en un muy segundo plano los de Euskadi. Lógicamente cada uno sabrá, pero es posible que todo el desembarco mediático sufrido estos meses no haya sido en vano y también a “los irreductibles vascos” nos haya hecho efecto.
Hoy si Escocia es “algo”, hablándose internacionalmente de ella mucho más que antes y con un gran altavoz, es porque de 58 parlamentarios que se elegían allí para la Cámara de los Comunes, 56 los ganó el Partido Nacional Escocés convirtiéndose en la tercera fuerza y repercutiendo en la política británica.
Este domingo elegimos 18 escaños en la CAV y 5 en Nafarroa, algo se está moviendo y aunque ahora nos deslumbre un sol español de justicia, éste, como siempre, se olvidará de nosotros y volverá el viento norte, la lluvia y el sirimiri a verdear nuestra tierra vasca, no lo olvidemos.