Barcelona - La postura inflexible ante Artur Mas y el reciente veto a los Presupuestos del Govern han desatado una suerte de guerra civil en el seno de la CUP. Poble Lliure, una de las principales organizaciones que constituyen la formación anticapitalista, pidió ayer la dimisión de la cúpula y libertad de voto para sus representantes en el Parlament.

La igualada votación sobre la enmienda a la totalidad a las Cuentas evidenció la divergencia existente en la dirección de los cuperos: 29 votos a favor, 26 en contra y 3 abstenciones. Los representantes de Poble Lliure siempre han sido los más proclives a colaborar con Convergència frente al boicot del ala más radical. Por ello, en un documento elaborado ayer, llamaron a “renovar urgentemente el secretariado actual de la CUP”. En ese mismo escrito se recoge la propuesta de que los órganos de gestión tengan que contar con al menos el 65% del apoyo de la militancia.

Los integrantes de Poble Lliure admiten que durante la presente legislatura la CUP ha estado sometida a “unos niveles de tensión política, organizativa y mediática para los que no estaba suficientemente preparada”, algo que, según ellos mismos, se observó en los vetos para investir a Mas y aprobar los Presupuestos. “Han puesto en evidencia la necesidad de mejorar en los aspectos político, organizativo y comunicativo”, señalan. Dicen ser “conscientes de la polarización en el seno de la CUP”, por lo cual exigen que cada parlamentario pueda expresar de manera proporcional el voto de la militancia. Asimismo, solicitan que las cuestiones políticas de importancia sean decididas por referéndums internos vía telemática después de ser abordadas en las asambleas locales y territoriales. - X.G.