madrid - El hastío por la campaña electoral continuada desde las elecciones del 20 de diciembre y la saturación política por la repetición de los comicios ha hecho mella en la ciudadanía del Estado español. Así lo refleja el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) que revela que la falta de gobierno en Madrid apenas preocupa a la ciudadanía en puertas de una nueva cita con las urnas, ya que preocupa al 5,2% de los encuestados. En el barómetro abril, el 7,1% de los consultados consideraron que este era el problema número uno.
Sin embargo, el fracaso del 20-D y el posterior fiasco de la investidura sí ha minado la confianza en la política y los niveles de desafección llegan a cotas insoportables. Ocho de cada diez ciudadanos califican la situación como mala o muy mala, unos y, frente a ellos, solo el 2% considera que la coyuntura es buena o muy buena.
El sondeo, realizado a casi 2.500 personas entre el 1 y el 10 de mayo, coincidiendo con la disolución de las Cortes y la convocatoria de elecciones, vuelve a fijar el paro (75,3%) y la corrupción (46,7%) como principales problemas. Ambos datos experimentan un descenso respecto a la anterior oleada, más acusado en el caso del desempleo, que baja 3 puntos y anota el porcentaje más bajo desde septiembre de 2014. Por detrás de ellos se sitúan la economía (23,6%), la política (21,3%) y la sanidad (10,7%). Otros temas de actualidad como la inmigración o la independencia de Catalunya quedan relegados a cifras residuales.
El estudio del CIS también preguntó acerca de la organización territorial del Estado, donde se observa un leve retroceso entre los que apuestan por la supresión de las comunidades autónomas o la reducción de sus competencias. La opción más respaldada es el mantenimiento de la actual estructura (36,8%), seguida de un Gobierno centralizado (18,6%). En cambio, los partidarios por reconocer la posibilidad de que las comunidades se puedan convertir en Estados independientes aumentan en tres décimas hasta alcanzar el 10%.