gasteiz - Medio año después, estamos otra vez de campaña. ¿Cómo se afronta una situación que a priori nadie esperaba?
-En primer lugar, evidentemente ha sido un fracaso el tener que repetir las elecciones, no nos gusta a nadie, pero es una nueva oportunidad para poder demostrar que aquí somos diferentes, que el PNV es diferente, que tenemos otra forma de negociar y de hacer política, política con mayúsculas, y que tenemos que marcar la diferencia.
¿Qué mensaje se puede enviar a la ciudadanía que no se lanzara ya en diciembre?
-Nosotros tenemos claro nuestro lema, lo que importa es Euskadi. Eso es lo que han estado haciendo mis compañeros, porque yo no salí elegida, trabajar en favor de Euskadi, y eso es lo que vamos a seguir haciendo. El objetivo es claro, defender el autogobierno y nuestras competencias legislativas, y tratar de trabajar en favor de Euskadi siempre.
¿En qué frentes centraría sus debates en el Senado si logra el escaño?
-Para nosotros es muy importante el apoyo a la industria, la generación de empleo, la transferencia de la competencia de la Seguridad Social, las pensiones, porque es una barbaridad lo que se ha hecho con la reforma de 2013. En la agenda vasca hay temas como el cierre de Garoña, la apertura de Foronda o la llegada de la Y vasca, cosas que hemos ido planteando a lo largo de la campaña.
¿Cómo valora los resultados del PNV en las pasadas elecciones, que marcan un punto de inflexión histórico de renovación del sistema?
-La valoración es positiva, tenemos un grupo parlamentario en el Congreso, seis representantes en el Senado, y la única salvedad es que Álava no tiene representación la Cámara Alta. Lo que hemos visto en estas últimas legislaturas es que los representantes de Álava en el Senado se olvidan de hablar del territorio cuando llegan a Miranda de Ebro. Por eso hay mucho trabajo por hacer para lograr que Álava tenga voz propia en el Senado, y en el Congreso seguir manteniendo un grupo fuerte.
¿Cómo han percibido en el PNV la incertidumbre de estos meses de legislatura sin gobierno?
-Nosotros dijimos en la campaña del 20 de diciembre que no se elegía presidente del gobierno, sino quiénes van a representar al territorio de Álava en el Congreso y el Senado, y el tiempo nos ha dado la razón. Nosotros desde luego tenemos una forma de hacer política totalmente diferente de lo que se ha visto entre los cuatro partidos mayoritarios, no han sido capaces de llegar a acuerdos, de dialogar, han hecho un paripé sin ninguna intención de formar gobierno, es algo que se vio casi desde el primer momento. Ha sido un postureo de cara a unas preelecciones más que realmente un intento de conformar un gobierno. Y el Gobierno ha estado en funciones para algunas cosas, pero para invadir competencias e interponer recursos en el Tribunal Constitucional contra las políticas vascas ha sido muy activo.
En los comicios generales Álava vota más en clave estatal, y en el Senado no ganar las elecciones significa prácticamente no tener escaño. ¿Tienen posibilidades reales de ser los primeros en una de las cuatro circunscripciones del Estado en las que ganó Podemos hace medio año?
-El Senado implica una forma diferente de elegir, y se da otra circunstancia, en muchos casos se desconoce cómo rellenar las papeletas, pero también es verdad que es una lista abierta, algo que siempre desde algunos sectores se ha pedido. Efectivamente es difícil, pero nosotros vamos a seguir trabajando, apelamos a la ciudadanía a que tenga presente quién quiere que sea su representante en Álava, y sobre todo que marque la diferencia, que se vea que aquí tenemos otra forma de hacer política, que lo importante es dialogar, poner en el centro de las políticas a las personas y no los sillones, que es lo que hemos visto.
Y en esta revisión del sistema surgido de la Transición, ¿creen que hay un peligro real sobre el Concierto vasco? Es un tema recurrente elección tras elección, pero partidos como Ciudadanos han elevado en algún grado la temperatura.
-El Concierto Económico es la piedra angular de nuestro autogobierno, pero en sí mismo no es suficiente, es necesario saber gestionarlo de manera adecuada, y aquí se ha gestionado con rigor y responsabilidad; nadie nos ha regalado nunca nada, todo se ha conseguido gracias al esfuerzo de la sociedad y a la buena gestión. Nosotros siempre hemos dicho que lo que pueden hacer otras comunidades autónomas es adoptar el concierto económico, y realmente correr el riesgo de tener que autofinanciarse y cumplir con un Cupo que no aumenta o se rebaja en función de las recaudaciones, sino que se rige por su propio sistema. No es de recibo que se ponga en cuestión todo esto.
¿Pero esta vez va en serio, o es el arma de campaña de siempre?
-El Concierto se ha utilizado con desconocimiento o precisamente conociéndolo, lo que es más grave. Se habla de que no es solidario y eso es absolutamente falso, habría que estudiarlo un poco y conocerlo para saber que en la mayor parte de los casos lo que se dice es mentira.
¿Cree que estos cuatro meses de negociaciones fallidas e indecisión pueden beneficiarles a ustedes, que no se han visto afectados por la mala imagen proyectada?
-Nosotros consideramos que la vasca es una sociedad con cabeza y apelamos a que el voto tenga un doble matiz; por un lado tener un grupo fuerte y mantener la defensa de nuestras competencias, o el cumplimiento del bloque constitucional. No somos constitucionalistas, pero parece ser que los artículos se cumplen en función de lo que interesa y lo que no. Por otro lado, queremos un voto que manifieste que hay otra forma de hacer política, de hablar con mayúsculas, de sentarse a pactar con los diferentes, por el bien de la ciudadanía. Los cuatro partidos no han tenido vocación de diálogo, ha sido un espectáculo, y yo creo que es el fracaso más estrepitoso de la Democracia en estos cuarenta años.
¿Cuál es su opinión con respecto al eterno -y a veces maniqueo- debate sobre la supresión del Senado?
-Nosotros, como premisa previa, queremos que el Estado español reconozca nuestra personalidad jurídica y política de igual a igual. Desde esa premisa, el Senado no es una institución que nos represente, pero sí es cierto que mientras allí se debatan cuestiones que nos afectan en Álava estaremos allí, como hemos estado siempre. Es necesario un cambio del modelo territorial, y el Senado tiene también que cambiar. Es una cámara alta, tiene muchas posibilidades, pero realmente no ha tenido las competencias que estaba previsto que asumiera, se ha convertido simplemente en una cámara de segunda lectura, se ha depreciado. Una de las ventajas que tiene, por otro lado, y que comentan compañeros que están allí, es que al no ser tan mediático como el Congreso permite llegar a acuerdos que quizá en la otra cámara no se pueden sacar adelante.