córdoba - ¿Se ha vuelto a poner en pie el sueño de la unidad de la izquierda?

-La unidad de la izquierda es para mí la visión de un futuro. Yo no me quedo en la izquierda, yo quiero ir más allá. Ir desde la izquierda a la inmensa mayoría, porque si nos quedamos solo en la izquierda, entonces hemos fracasado. La izquierda debe ser capaz de hacer una propuesta para la mayoría.

Conoce bien a Garzón y a Iglesias. ¿Qué espera de ellos?

-Espero que estén a la altura de lo que han creado, porque ellos son los artífices de este pacto que les ha llevado muchas horas. Me gustaría que miraran el ejemplo de Tsipras para aprender lo que nunca se debe hacer.

Llegamos a estas elecciones porque no se ha podido formar Gobierno. ¿Cuál es la lección de tanto desacuerdo después del 20-D?

-Que hace falta una fuerza alternativa al bipartito que, como dice la canción cubana, “mande parar”, lo que significa que tenga la fuerza suficiente para impedir, primero, los desmanes que otros van a llevar a cabo. Porque si se forma un Gobierno, ese Gobierno va a tener ante sí las pretensiones de la Troika. ¿Qué Gobierno va a intentar y a conseguir parar que nos cobren, con los recortes que eso significa, una deuda ilegítima que asciende a 24.000 millones de euros?

¿Cuál será su principal mensaje de fondo para sus tres o cuatro mítines de campaña?

-Me dirigiré a la mayoría de la población, a las capas medias, a los trabajadores, y también a una parte de la izquierda sobre sus métodos, para señalarles que el objetivo es obtener el respaldo de la mayoría. Sumar a la mayoría sin desdecir nuestro mensaje, explicando que desde la izquierda sumanos a la inmensa mayoría, con los Derechos Humanos, la legalidad, el Estado de Derecho. Es decir, le tenemos que robar a la derecha las palabras vacías que ellos usan sin contenido cuando dicen “Estado social y de Derecho, o Constitución española?” Nosotros las tenemos que llenar de sentido. Y quitárselas a ellos porque las están prostituyendo.

¿Citará a Rajoy, a Rivera y a Pedro Sánchez en sus mítines?

-No, porque tengamos en cuenta que ellos son actores de un drama que no escriben. Ellos son actores amaestrados, pero quien escribe el drama son el BBVA, el Santander, Ensidesa, el Ibex, Gas Natural, los grandes constructores y contratistas, etc. Rajoy y demás son actores no siempre buenos, que no me interesan en absoluto. La misión de un político que está en la izquierda es correr el telón para que la gente vea lo que hay detrás, sin cebarse con el actor tirándole tomates, porque eso es lo que desea el poder, que quitemos al primer actor; igual que el señorito quiere que le peguen a su capataz mientras él permanece tranquilo en su cortijo. El capataz es un mandado, así que hay que ir a por el señorito.

Más que en el 26-J, veo que usted piensa en el 27-J. Pero aún quedan 40 días hasta el día de las votaciones.

-Habrá que hacer campaña, extender el mensaje, habrá que aguantar lo indecible, porque van a decir lo indecible de Pablo Iglesias, de Alberto Garzón, de Uralde, de Ada Colau, de Monedero, de Manuela Carmena, de mí mismo, hasta el 26 de junio. Van a sacar lo peor de su especie utilizando las abyecciones lingüísticas más indecentes. Y habrá que vencer la tentación de caer en ellas. Habrá que tener una serena tranquilidad para decirles que son incapaces de cumplir sus propias leyes y están traicionando la Constitución que dicen defender, a la vez que han vendido su patria a los poderes extranjeros y han expoliado a su propio país. Todo eso hay que decírselo incluso con ternura, porque es verdad.

El famoso ‘sorpasso’ electoral (superar en votos) al PSOE no va a ser suficiente. ¿O sí?

-El bipartito PP y PSOE estructura en el fondo un mismo proyecto, que podía concretarse en la UE, la moneda única, el pago de la deuda y el atenerse estrictamente a los dictados de organizaciones e instituciones que no son democráticas como la Troika, el BCE, etc. Es necesario que esto que se ha puesto en marcha sea por lo menos la segunda fuerza política. Y digo por lo menos, porque parece ser que el PP volverá a ser la primera. Una vez sobrepasado electoralmente el PSOE, desde ahí se le tiende la mano. ¿Por qué? Porque de esta manera se rompe el bipartito. Y una de dos: o acepta negociar programas que afecten a las necesidades de la gente, o apoyan al PP. Esto significará que el panorama se clarifica ya del todo.

Le he oído decir que “la ciudanía debe permanecer en pie de guerra”.

-Estamos ante una situación de emergencia. En cuanto se forme gobierno, hablará inmediatamente Bruselas para que el nuevo gobierno ponga en marcha nuevos recortes, una nueva reforma del mercado laboral. Tenemos la advertencia de Rosell, el presidente de la patronal, diciendo que habrá que “tomar medidas que van a ser muy dolorosas”. Bueno, pues ante esa agresión hay que dar una respuesta. Y no debe ser una respuesta enrabiada, improvisada, no. Las grandes respuestas son las que van al núcleo del problema para vencerlo.

Yo digo Gürtel, ERE andaluz, Urdangarin e infanta Cristina, Rato, Pujol, Fabra, Mario Conde, Rita Barberá, ‘papeles de Panamá’? ¿Y usted qué dice?

-Cuando abdicó Juan Carlos I escribí que ahí había un Pacto de Estado por el cual estas cosas irían extinguiéndose. A nosotros nos quitaron de la acusación particular en el caso Urdangarin. Veamos esto someramente: en Valencia hay mucho ruido con Rita Barberá, pero el PP se va salvando. Los ERE en Andalucía van con una justicia lentísima que están difuminando todo, igual que ocurre con la Gürtel. En el caso Nóos, la infanta se va a ir de rositas y vamos a ver si lo de su marido no se resuelve teniendo apenas que devolver algún dinero. ¿Qué quiero decir? Que el gran pacto de todo esto es que estamos ante la propia casta depredadora de su propio país. Son los bárbaros que han arrasado su propia patria, y como tienen el poder económico y dominan al poder político, van a hacer lo posible para que desde las instancias judiciales esto termine extinguiéndose.

¿Qué temen el BBVA y el Santander, qué teme el Ibex, qué temen los poderosos de Unidos Podemos?

-Le temen a la ley. En este país aplicar la ley les pone a temblar. Ya dijo Sócrates que en muchas ocasiones el poder no puede cumplir su propia legalidad. Todos los corruptos le tienen miedo a la ley, incluso muchos jueces también le tienen miedo a la ley.

¿Y Europa, qué teme Europa? ¿Si es que la Europa de Merkel y el BCE temen una victoria de Iglesias, Garzón, Ada, Uralde y Anguita?

-Siempre han temido a los conatos de rebeldía que tenían aspecto de proyecto. No es lo mismo la rebelión de Espartaco en una primera fase, que ya un Espartaco con proyecto. Esa fase segunda de proyecto, táctica, estrategia y logística, esa es la que temen, sobre todo con su efecto contagio. Si Grecia contagió en cierta medida, no le quiero contar lo que puede pasar con España. Porque ahora hay elementos que no estaban en Europa en la Grecia de Tsipras.

¿Tiene la sensación de que otros países de Europa están mirando lo que ocurre en España?

-Hoy España vuelve a ser otra vez el lugar donde se dirimen los destinos de una parte de Europa. Es cierto. Aquí se dio el fascismo antes que Alemania pusiese en marcha la II Guerra Mundial. Igual que la Constitución de Cádiz irradió en cierta manera su luz a toda Europa.

Usted cree que Europa no es reformable, entonces, ¿por dónde avanzamos?

-Yo creo en la construcción europea, pero no en la actual. Creo en una Europa de los pueblos, de la cooperación, estableciendo lazos de solidaridad, de relaciones internacionales. Pero aquí se pegó un salto y se dijo “federal” de palabra, que no de hecho. No ha habido unión económica, ni política, ni fiscal. Entonces esto no es una Unión, sino la ampliación del IV Reich, con el káiser Angela Merkel a la cabeza.

Los ciudadanos españoles con rentas menores alcanzan casi el 40%, lo que significa 12 puntos más que antes de la crisis.

-Ese dato debería estar hoy en la agenda de todos. Hay otro dato importante: tres millones de personas de la clase media, que es la que orienta el país, han sido proletarizados por la situación, pasando a ser ahora capas populares de la sociedad española. Lo acontecido no ha sido solo por efecto de la llamada crisis, sino por algo más grave, como ha sido el peaje que pagamos por entrar en Europa, al desmontar la industria o al desmontar la agricultura.

¿Cuál diría que son los pros y los contras de lo que puede ocurrir tras el 26-J?

Todos son pros que generan contras. Son pros que generan contra tranquilidad, contra modorra, contra inmovilismo, contra pensamiento fácil y pensamiento débil. Todas las acciones en positivo para cambiar van a tener en frente su propio fantasma. Todos nosotros nos vamos a sentir incómodos, gozosamente incómodos, teniendo que cuestionar muchas ideas. Al aire del movimiento que se genere en la vida, muchos clichés quedarán desarbolados.

¿Qué puede significar que más de siete millones les respalden en las urnas?

-Puede significar que no haya una nueva reforma laboral, que no se cometan los errores de Tsipras, que se haga frente con firmeza al intento de que Europa quiera cobrarnos 24.000 millones de euros por el déficit que se debe a la UE como consecuencia del no cumplimiento de los plazos? Pero diría algo más: Voten ustedes y pónganse en alerta. Es decir, voten e incorpórense a un ejército cívico militante, porque si no su voto será inútil. Quiero ser claro. No solo habrán tirado su voto, sino un proyecto ilusionante como pocos. Se trata de votar y, a la vez, empezar a militar como ciudadanos. De esta manera esto sí tiene arreglo.

No deja de llover en Córdoba desde hace unos días. Y fíjese, ha dicho “esto sí tiene arreglo” y ha empezado a salir el sol.

-Pues ya verá cuando dentro de cuatro años, Unidos Podemos llegue la Moncloa. El país lo va a celebrar. Y Europa y el mundo se van a enterar.

Dice Silvio Rodríguez en una canción “?y comprendió que la guerra era la paz del futuro: lo más terrible se aprende en seguida, y lo fácil nos cuesta la vida”.

-No la conocía, pero es bellísima.

Tiene usted 74 años. ¿Qué es “lo fácil” que nos cuesta toda la vida aprender?

-Se necesita toda una vida para ir aprendiendo. Lo que hoy podemos denominar mundo de la política no es ni más ni menos que una cristalización en sistemas de pensamiento y de valores de lo que es la actividad cotidiana. La política es la vida, es la historia de la vida de muchos. Una historia colectiva. Apasionante.