Bilbao - En IU están cansados de escuchar continuamente lo buen político y mejor persona que es Alberto Garzón. Cambiarían ese cartel de presentación por una mayor recaudación de papeletas con su nombre en las urnas. Tras la alianza electoral con Podemos, sus expectativas y su cotización política y electoral han subido muchos enteros. Es su gran oportunidad para dar el salto que le abra las puertas a desbancar al PSOE y luego, si acaso, al Partido Popular y convertirse en el vicepresidente de un eventual gobierno de Pablo Iglesias.
Unión de Podemos con IU. En política dos más dos no siempre son cuatro.
-Esta coalición entre Podemos, IU y otras fuerzas no solo va a sumar sino que va a multiplicar. Tenemos que ser atractivos y hacer una campaña de desborde para captar no solo a la gente que el 20-D votó a IU o Podemos sino para muchos que votaron otras opciones o que han pensado abstenerse. Somos la esperanza de toda esa gente.
¿Por qué ahora se ha logrado la alianza electoral que no se fraguó de cara al 20-D?
-Han cambiado las condiciones políticas. Desde el 20-D se ha dado una esperanza de conformar una mesa a cuatro entre PSOE, Podemos, las confluencias e IU, pero el Partido Socialista decidió marcharse con Ciudadanos, con la derecha, y dejó la mesa coja. Por eso, ante estas nuevas elecciones, el resto de los integrantes de esa mesa tenemos que intentar ponernos de acuerdo para ofrecer algo distinto del 20-D que nos permita evitar que el PP y Ciudadanos gobiernen el país.
¿No será que Podemos está a la baja y que, como IU ahora es pujante, les han buscado por puro interés aritmético?
-La cuestión numérica siempre hay que tenerla presente y, obviamente, nosotros también estamos pendientes de las encuestas. Creo que ha habido un reconocimiento del trabajo de IU desde el 20-D hasta ahora que nos ha permitido subir y que ha sido reconocido por otros partidos. Pero la decisión política es que vamos a una suerte de segunda vuelta de las elecciones en las que hay que desempatar y conseguir un Gobierno nuevo que cambie las políticas. Lo que el PSOE quería era un Gobierno nuevo pero con las mismas políticas de siempre.
¿Le parece fiable su socio electoral, Pablo Iglesias, tras los desplantes y menosprecios que les dedicó a ustedes antes del 20-D?
-Hemos tenido muchas palabras gruesas durante la campaña electoral. Es algo normal. Pero para hacer la alianza no hemos estado pensando en el pasado, sino en los desahucios, el hambre, la Lomce, la Ley Mordaza... Eso nos ha llevado a superar esas fricciones e incluso insultos, siempre primando un proyecto colectivo frente a las cuestiones individuales.
¿Teme que Podemos se coma a IU?
-IU va a salir muy fortalecida de este acuerdo porque vamos a tener más diputados en el Congreso y vamos a tener más visibilidad en la vida de la ciudadanía. Por primera vez hemos conseguido evitar la ley electoral, de forma que todos los votos para la coalición van a ser votos para cambiar el país.
¿Va a buscar los platós de televisión como hacen Iglesias, Albert Rivera o Pedro Sánchez, o va a seguir con su perfil discreto?
-Creo que hay que estar siempre en los medios de comunicación pero tengo que hacerlo con mi propio perfil, sin crearme un personaje para ser más atractivo. Yo soy tal cual, con mis defectos y mis virtudes.
No le veo bailando o tocando la guitarra frente a las cámaras.
-Lo que no voy a estar es en aquellos programas en los que no se habla de política sino que son puro espectáculo. No me parece mal que alguien vaya allí, pero yo no lo haré. En cualquier caso, nosotros iremos allí donde nos llamen para explicar nuestro proyecto y programa.
Usted va en el puesto número 5 de la lista de Unidos Podemos por Madrid. ¿No es demasiado atrás para ser el líder de un partido?
-Nosotros no pensamos en términos individuales, queríamos la máxima visibilidad posible pero en el marco de una negociación global hemos conseguido puestos de salida en listas de Castilla-La Mancha o en otros lugares donde en otras circunstancias nunca tendríamos posiciones de salida. En todo caso, hemos hecho un gesto de generosidad porque lo importante es pensar en los problemas de la gente.
¿Creen que con esta alianza desbancarán al PSOE como primera fuerza de izquierdas?
-Nosotros salimos a ganar al PP y a evitar un gobierno de PP y Ciudadanos. Nuestro rival son las políticas de derechas, las practique quien las practique, y no vamos a tener ninguna fijación en el Partido Socialista al que, por otra parte, la gente ya ha podido ver qué ha propuesto en los últimos meses. No planteamos el sorpasso como necesidad de adelantar al PSOE sino como la necesidad de adelantar al PP.
¿Hablarán con PNV y EH Bildu en la negociación para la investidura tras el 26-J?
-Habrá que esperar a ver qué resultado arrojan las urnas pero tenemos claro que vamos a un escenario plural en el que el diálogo va a ser necesario. Nuestras relaciones con PNV y Bildu son muy buenas. En los últimos meses hemos hablado bastante con ellos y sin ningún inconveniente. Pese a las importantes diferencias entre nosotros, estábamos de acuerdo en que había que evitar que el PP gobernara este país.
¿Espera un PSOE diferente tras esta cita con las urnas?
-El PSOE se comportó de forma sorprendente. La dirección quería un gobierno y estaba dispuesta a buscar combinaciones más abiertas, pero a Sánchez le pusieron una camisa de fuerza para evitar un gobierno distinto, con políticas sociales. Fue sorprendente su veto a los partidos nacionalistas -PNV, Bildu, DiL, ERC...-, con quienes ni quiso sentarse a hablar, pese a que el problema de las identidades nacionales está ahí.
¿Un gobierno de Iglesias sería de izquierdas o transversal?
-Este es un debate escolástico, difícil de concretar. El nombre o la etiqueta que se le dé es secundario, lo importante es que estemos de acuerdo en paralizar desahucios, en garantizar el agua, la luz y la calefacción a todos los hogares, en preservar la educación y la sanidad pública, las pensiones...
¿Ese programa contempla una subida de impuestos?
-Es necesaria una reforma fiscal integral que no pasa necesariamente por subir los impuestos a todo el mundo, sino a los que más tienen y bajárselos a los que menos tienen.
¿Derogarán decretos y leyes aprobados por Rajoy?
-Sí, derogaremos algunas leyes regresivas en lo social como las que afectan a la cuestión de las identidades nacionales.
Unidos Podemos plantea un referéndum para Catalunya, ¿también para Euskadi?
-Nosotros somos una fuerza federal que respeta las identidades nacionales. Los conflictos que tenemos en el Estado solo se pueden resolver desde una solución dialogada y negociada y eso significa que el referéndum como parte de la política tiene que ser un instrumento que esté encima de la mesa. Cualquier otra solución inmovilista como la que han mantenido PP y PSOE -y también Ciudadanos- son soluciones que solo empeoran el problema. Somos partidarios del derecho a decidir pero subrayando que nosotros no somos nacionalistas sino que buscamos un modelo federal.
¿Aceptan a Euskadi como un sujeto político?
-Es el propio pueblo vasco el que lo tiene que decidir. Toda expresión política, incluida la consulta, lo va a demostrar. Caminar hacia un modelo federal supone reconocer al pueblo vasco como un sujeto político. El derecho a decidir es un instrumento que siempre tiene que estar encima de la mesa.
¿Un gobierno de Unidos Podemos respetaría el resultado de un referéndum independentista?
-Si se hace una consulta, sea en Euskadi o en Catalunya, que arroje un resultado favorable a la independencia sería un grave error democrático y político ignorar ese mandato. Si hay una parte del Estado que está descontenta y quiere emanciparse del centro, hay que atender ese problema y no negarlo.
¿Cómo abordaría la situación de los presos de ETA?
-Lo haría desde la premisa del respeto a los derechos humanos. Con ellos se enfrenta uno al terrorismo, pero también hay que aplicarlos a los que han cometido actos bárbaros. La política penitenciaria hay que afrontarla desde esos principios, no desde el rencor y la venganza. Esa es una cuestión pendiente en este país.
¿Sería un tema prioritario para ustedes o uno más?
-En este país hay muchos temas prioritarios, especialmente los de cariz social, pero eso no significa que el resto de las cuestiones sean menores. Un Gobierno siempre tiene herramientas para abordar todos los problemas sin olvidar ninguno.
¿Aboga por trasladar a Euskadi la coalición con Podemos de cara a las elecciones vascas?
-Absolutamente. Nuestra alianza no es instrumental sino un proyecto de construcción conjunta. Si en estas elecciones sale bien la experiencia de la coalición, todos los procesos electorales posteriores deberían ir regidos por el principio de la colaboración. Con las elecciones a la vuelta de la esquina, Euskadi nos brinda una oportunidad de oro para dar un segundo paso en nuestra alianza.
¿Se marca como objetivo desalojar al PNV de Ajuria Enea?
-El objetivo no es combatir los partidos sino las políticas concretas, las haga quien las haga. En ese sentido, nunca haría una campaña electoral contra alguien. Nos gustaría gobernar a nosotros en el País Vasco, no queremos que gobierne el PNV, pero no es una obsesión.