gasteiz - Los gobiernos vasco y navarro se aprestan a institucionalizar su relación con la aprobación de un protocolo de colaboración entre ambas comunidades que les acercará como pocas veces antaño. El acuerdo afecta a dieciocho ámbitos de colaboración, pero en la práctica abarca casi todas las áreas de gestión en las que ambos ejecutivos tienen competencias. El portavoz del Gobierno de Gasteiz, Josu Erkoreka, dio ayer a conocer este protocolo, que se presentará hoy de manera detallada y simultánea en la capital alavesa y en Iruñea, y que amplía y actualiza el acuerdo suscrito entre ambas comunidades autónomas en 2009. En un plazo de dos semanas, el lehendakari, Iñigo Urkullu, y la presidenta navarra, Uxue Barkos, firmarán el acuerdo.
El protocolo de trabajo conjunto entre ambas comunidades autónomas incluye dieciocho ámbitos de actuación que van desde los servicios sociales, la fiscalidad y la política financiera -incluido el Concierto económico vasco y el Convenio navarro-, paz y convivencia, política lingüística, educación y cultura, turismo, transportes y carreteras, protección civil y policía, salud, medio ambiente, ordenación del territorio, desarrollo rural, administración de justicia, igualdad y violencia contra las mujeres, y juventud y deporte.
Según el Gobierno de Nafarroa, la colaboración recogida en el protocolo “contribuirá a satisfacer los intereses comunes de las dos comunidades en términos de racionalidad, simplicidad, transparencia y economía de medios, lo que ayudará a mejorar la calidad de la gestión y prestación de los servicios propios de ambas comunidades”. En opinión del Gobierno foral, la diversidad de asuntos que deben abordar las comunidades autónomas y el marco comunitario en el que se desenvuelven llevan a la necesidad de una colaboración y cooperación interautonómica.
Ambas comunidades mantienen una especial relación que se caracteriza por una afinidad histórica, cultural, lingüística, turística y sociocultural y comparten una larga tradición de colaboración, “que permite establecer vínculos que mejoren la coordinación de actuaciones de sus administraciones”. El nuevo texto amplía y actualiza el que fue suscrito por ambas comunidades el 3 de julio de 2009, que fundamentalmente se circunscribía a aspectos relacionados con la construcción del tren de alta velocidad, las emisiones legales de ETB en Nafarroa, y el fomento del euskera.
Urkullu y Barkos acordaron el pasado mes de septiembre iniciar un “cauce de relación permanente” entre las dos autonomías para tratar cuestiones de interés común. De este modo se ponía fin a varios lustros de gobierno de UPN en los que la Comunidad foral dio la espalda a cualquier tipo de colaboración o coordinación con una de sus comunidades vecinas con el consiguiente perjuicio mutuo a la hora de racionalizar la gestión en muchas materias y estrechar las relaciones institucionales, políticas, sociales, económicas, culturales y de otra índole.
Durante ese periodo, los sucesivos gobiernos regionalistas llevaron a Nafarroa a su salida de la Eurorregión con Aquitania y la Comunidad Autónoma Vasca (CAV), a pesar de que la Comunidad foral había sido una de sus fundadoras. El Gobierno de Barkos decidió revertir la situación y el pasado mes de marzo Nafarroa ingresó de nuevo en la Eurorregión vasca, una conurbanización que aglutina bajo un mismo paraguas institucional a cerca de nueve millones de ciudadanos entre la CAV, Nafarroa y Aquitania. La incorporación será efectiva en septiembre y los proyectos conjuntos recibirán financiación de la Unión Europea.
Con este protocolo, Urkullu y Barkos pretenden dar un estatus de normalidad y naturalidad a la relación entre las dos comunidades vecinas y sus gobiernos, atendiendo a su realidad cultural, histórica, socioeconómica y política.
La amplitud de las materias en las que colaborarán ambos gobiernos supone un hito histórico en la relación entre ambos, ya que habría que remontarse hasta mediada la década de los 90 del siglo pasado para encontrar un acuerdo de colaboración de semejante calado. Fue en junio de 1996 cuando las dos comunidades se acercaron como nunca lo habían hecho antes gracias a la aprobación, por sus respectivos gobiernos, del Órgano Permanente de Encuentro.
Este foro propició una relación institucional de colaboración y coordinación en diversas materias entre ambas partes: desde las tributarias hasta las culturales, pasando por las lingüísticas, las educativas, las económicas, las sanitarias y las de infraestructuras.
El acuerdo fue firmado el 11 de junio de aquel año por el entonces lehendakari José Antonio Ardanza (PNV) y el presidente del Gobierno navarro Javier Otano (PSN). La operación se truncó una semana después cuando el presidente navarro presentó su renuncia a todos los cargos al desvelarse en un medio de comunicación su participación en el denominado caso Otano. La supuesta trama que vinculaba una cuenta bancaria en Suiza a nombre de Otano con el caso Roldán fue negada años después por los tribunales.Los posteriores intentos de su sucesor, Juan Cruz Alli, para recuperar el Órgano Común con la CAV no prosperaron porque no lograron el respaldo del Parlamento foral, cuya configuración cambió tras las elecciones de ese mismo año.
El protocolo de colaboración entre la CAV y Nafarroa incluye un trabajo conjunto en los siguientes 18 ámbitos de actuación:Servicios sociales.
Igualdad y violencia contra
las mujeres.
Salud y consumo.
Juventud y deporte.
Educación y cultura.
Política lingüística.
Paz, Convivencia y Derechos
Humanos.
Protección civil y Seguridad
pública.
Medio ambiente, Cambio climático y Ordenación del
territorio.
Administración local.
Turismo.
Desarrollo agrario y rural.
Infraestructuras de comuni-
cación y transportes.
Función pública.
Administración electrónica y
mejora del funcionamiento
de los servicios públicos.
Estrategia de especialización
inteligente y factores de
desarrollo económico.
Administración de justicia.
Fiscalidad y política financie-
ra (Concierto económico vasco y Convenio navarro).