gasteiz - “Creo que el cambio más importante va a ser un cambio forzado de las actitudes. Y creo que va a haber microcambios que van a hacer cambiar la foto”. El diputado jeltzale por Araba no oculta su convencimiento de que, en este momento, la cita con las urnas del 26 de junio se hace casi ineludible, pero también está convencido de que entonces, por parecido que sea el resultado, la gestión posterior será obligatoriamente diferente. Con factores como la factura que le puedan pasar al PP los últimos casos de corrupción o la eventual alianza de Podemos e IU y si puede dar o no el sorpasso al PSOE en el aire, mira hacia estos cuatro meses admitiendo el bloqueo político dominante y lamentando la sensación de que a los seis diputados jeltzales ni siquiera se les ha permitido entrar en juego porque apenas ha habido partido. La apuesta del PNV sigue siendo la estabilidad... y con otras elecciones, las vascas, también el horizonte.

Se han cumplido cuatro meses desde las elecciones generales, meses especialmente convulsos en el Congreso. ¿Cuál ha sido su experiencia, cómo lo ha vivido?

-El consenso general es que ha sido todo dislocado, ha habido mucha actividad pero que no estaba orientada a la acción de gobierno, a controlarla, sino que era digamos... una campaña electoral apócrifa: tenía una apariencia de actividad parlamentaria ordinaria, pero en el fondo era un enfrentamiento entre partidos más en una lógica pseudoelectoral que parlamentaria; porque ni el Gobierno comparecía, las proposiciones que se hacían no tenían en general viabilidad, se escenificaban las diferencias y no tanto entre Gobierno y oposición, sino entre los partidos de la Cámara, por eso digo que quizá era una legislatura apócrifa.

Habla de esta legislatura ya en pasado, el rey ha convocado una última ronda con los partidos para la próxima semana, deduzco que no ve posibilidades ya de evitar la repetición de elecciones.

-Sobre el papel todo puede pasar, pero es improbable, por no decir que no hay ningún elemento que nos lleve a que la legislatura vaya a continuar. Todo el mundo lo ve como un mal, pero como un mal menor y que se necesita una segunda vuelta. Igual a veces los hechos no cambian, pero sí la manera en que los enfrentamos. En ese escenario de bloqueos mutuos y en el que se han dicho cosas, que pesan también... Un proceso electoral posiblemente, para todas esas cosas que se han dicho sería, como decía alguno, un Jordán purificador, y entonces quizá les permita a todos poner el contador a cero, si lo quieren.

Bueno, vayamos entonces por protagonistas. ¿Cómo ve en este momento la posición del PP en el tablero?

-El PP, lo que trasluce, es que considera que ahora no tenía chance y que una segunda vuelta se la podría dar, sumado a otras fuerzas de su arco ideológico y sin descartar otras alternativas.

¿Y de Ciudadanos?

-Ciudadanos está ahí en mitad, puede hacer de bisagrista hacia el PSOE pero podría hacerlo hacia el PP, lo ha dicho, él va a estar con el caballo ganador.

¿El PSOE?

-El PSOE en distintos momentos se ha ido cerrando puertas. Al hacer un pacto con Ciudadanos se lo ponía muy difícil a Podemos según manifestaba Podemos, y C’s por su parte decía que no lo quería ver ni de lejos. La presencia de Ciudadanos con la condición de no al derecho de consulta, bloqueaba a todo el bloque catalán. Y la única posibilidad de un gobierno a dos, que era el PSOE con el PP, ya fuera con apoyo o abstención, la descartó el PSOE.

¿Podemos? ¿Cómo les ha visto?

-Podemos ha demostrado una gran rigidez programática. Ya en la anterior campaña detectamos de Podemos el centralismo, aquí lo vimos con el tema de las secretarías generales y candidatos; al final es una organización que es muy jerarquizada. Yo tuve un debate fuerte con ellos, en un Pleno en el que propusieron la ley 25, en el que me vi obligado a decirles que tenían unos planteamientos como del PP y se quedaron un poco perplejos. Lo dije en el sentido de que cogían la Constitución y usaban los títulos competenciales para imponer unas políticas desde Madrid y desde el Gobierno del Estado: el 149.1.1., todos los españoles son iguales en el ejercicio de deberes y derechos, por tanto, todos los servicios sociales han de ser iguales en ciertas cosas. El PP lo hacía por cuestiones económicas pero vosotros ahora venís, les dije, y hacéis lo mismo, ¿dónde está entonces el autogobierno vasco o el de otras comunidades autónomas? Unos por la economía y vosotros por el buenismo, no entendéis que puede haber políticas distintas porque no reconocéis que hay competencias exclusivas. Son muy rígidos conceptualmente y su visión del ciudadano no les deja ver los hechos nacionales diferenciales, que es una crítica que le hicimos también al PSOE. Al final, nos convierten en una máquina de gastar, pero no de decidir. Nosotros queremos decidir ante nuestros ciudadanos nuestras políticas y luego que nos voten o no, y no ser simplemente una máquina de gasto de lo que deciden en Madrid.

Con esta perspectiva, pocas posibilidades de conseguir puntos de encuentro les veo.

-Nosotros les decíamos: vosotros estáis dispuestos a reconocer teóricamente que nos podemos independizar, pero mientras no nos independicemos somos exactamente iguales. Vaya manera de inaugurar el derecho a decidir, les dije. Fue un debate muy importante desde el punto de vista del autogobierno.

Bueno, ¿y el PNV?

-Nosotros, que tenemos una fuerza a seis, nos ofrecimos como siempre para la estabilidad, pero no se dieron condiciones para que la agenda vasca contara porque el acuerdo de Ciudadanos con PSOE bloqueó cualquier movimiento del Partido Socialista para reconocer singularidades, porque sabemos cuál era la actitud de Ciudadanos. Ya lo ha dicho Aitor Esteban, no nos han dado opción a negociar las propuestas que teníamos para apuntalar una estabilidad. En ese sentido, no hemos podido entrar en el partido porque no se ha producido partido. Luego, el acuerdo de Sánchez con C’s era muy temprano y muy denso, que no dejaba márgenes de maniobra y que bloqueaba el juego. Se hizo casi al principio, quizá por la investidura.

¿Ha sido demasiado ambiciosa la negociación, planteada en términos de acuerdos de gobierno; habría sido más eficaz la búsqueda de un estricto acuerdo de investidura?

-El pacto de PSOE y C’s es el documento que tenía que haber salido para hacer un Gobierno, no para luego buscar otras alianzas, porque solo se pueden sumar fuerzas por adhesión. Y encima con noes, no dejas espacio para que otros llenen ese acuerdo. Sánchez ha dicho por activa y pasiva que iba a haber un gobierno porque había muchos partidos que no querían que siguiera Rajoy. Lo que hacía Sánchez es confundir el medio con el fin, el medio puede ser echarle a Rajoy, pero el objetivo era gobernar y lo que se estaba negociando era cómo se iba a gobernar. ¿Por qué lo ha hecho Sánchez?

¿Y por qué lo ha hecho? ¿Ha podido influir la situación interna en el Partido Socialista?

-Yo personalmente, puedo estar equivocado, creo que ha ido a buscar tener, al menos, una posición mejor de la que partía. Tenía que ir a una investidura y necesitaba presentar algo, eso le consolidaba internamente, le daba una chance, estaba en una posición mejor y si iba al final a elecciones, también, porque podía sostener que lo había intentado. Pero ya lo dijimos, ese discurso se aguanta si lo haces en el último minuto, pero si lo haces casi al principio del partido, lo que haces es bloquear.

Con ese bloqueo, esos límites que dice que plantea el acuerdo entre PSOE y C’s, ¿cómo puede pesar esa alianza de cara a la posible nueva cita electoral del 26 de junio a la hora de buscar otra vez pactos entre los partidos?

-En cierta medida unas elecciones barren un poco la situación, sobre todo porque nadie se plantea que pueda haber un tercer proceso electoral. La inercia política española, no la vasca, era de poder: gobernaba uno. Gobernaba, no pactaba. Se ha intentado buscar otra vez esa inercia política, pero en un mapa atomizado no ha sido posible. Yo creo que la clase política española, y la sociedad española también, ahora lo empiezan a asimilar.

En cualquier caso, no espera una solución de última hora, a la catalana...

-A la catalana... eso se da cuando tienes una situación binaria, o es a o es b. Pero aquí no es binario: solo habría una cosa binaria, que el PSOE dijera que le deja gobernar a Rajoy. Esa es la gran diferencia. Luego, el PSOE, Sánchez, siempre contó con que a uno de los bisagristas, con el que no pactara, le vencería el miedo escénico con el paso del tiempo; que si pactaba con C’s, a Podemos al final el vértigo le iba a poder. Pero Podemos hace al final un movimiento con el referéndum, se ata a sus bases. Y el PP, que ve toda esta operación, dice yo espero. E igual le puede salir bien la espera...

¿Y la propuesta de última hora de Albert Rivera, de buscar un candidato independiente?

-Ciertos movimientos que constitucionalmente no están expresamente prohibidos pero tampoco expresamente permitidos... No veo a la democracia española y a la figura del rey, que es quien tendría que hacer el movimiento, poniéndose en el escaparate para solucionar este problema, porque podría entrar en crisis la institución monárquica. ¿Qué funcionalidad tiene lo que ha dicho Rivera? Ocupar medios y proyectar que es el chico bueno de la película.

¿Y cómo afronta el PNV esta probable nueva cita con las urnas? ¿Con qué mensaje y con qué objetivos?

-Somos bastante previsibles. Nuestro lema de campaña era histórico, lehenik Euskadi, lehenik Araba. Nuestro fin no es Madrid, en mi caso es Araba y Euskadi. Madrid es un instrumento para nuestra sociedad y para posicionarnos lo mejor que podamos, pero nuestro objetivo está aquí. Nosotros propugnamos una estabilidad porque estamos en Euskadi en un proceso de relanzamiento económico e industrial, reconstruyendo también la convivencia y con la gran cuestión de la agenda social. No estamos para revoluciones, sino para consolidar nuestra sociedad. Buscamos la estabilidad porque creemos que es el medio que necesitamos para un reposicionamiento económico en la globalidad, para una cohesión social. La inestabilidad de España, en este sentido, nos perjudica.

El Gobierno Vasco se ha quejado de la dejadez del Gobierno en funciones, por ejemplo con casos como el sector siderúrgico.

-Hemos hecho preguntas, le hemos interpelado al Gobierno pero no ha comparecido, pero nuestros problemas necesitan gestión y que no nos rechacen la pregunta porque está en funciones. Oiga, mi sociedad no está en funciones, usted tiene que moverse en Europa.

Pese a estar en funciones, el Gobierno de Rajoy ha continuado el goteo de recursos contra normativa vasca.

-Sí, es intermitente. Para la estabilidad que necesitamos, no nos la da porque está en funciones; pero para generarnos problemas, todos los que puede.

No obstante, el presidente del PP vasco y ministro en funciones, Alfonso Alonso, tendió la mano al lehendakari para buscar espacios en favor de un país “menos radical”.

-Es un postureo electoral del PP. ¿A qué responde? A la campaña electoral del PP que es yo estoy aquí para ser el freno a Podemos, una estrategia parecida a la que hizo C’s en Catalunya, de presentarse como un freno al rupturismo, al independentismo. Yo creo que esa va a ser la estrategia del PP. A los catalanes los asocia con el independentismo; pero ahora a nosotros no y quiere chuparnos nuestra seña de identidad, una imagen de marca de buen gobierno con la que le interesa identificarse aquí, en otro sitio dirá que somos unos separatistas.

Por cierto, ¿qué le recomienda al lehendakari, debería hacer coincidir las elecciones vascas con la eventual repetición de las generales?

-Yo soy un espectador, ni puedo, ni debo, ni quiero. Es una decisión exclusiva del lehendakari.