madrid- Es la pregunta obligada después del fracaso de las negociaciones para la investidura que acercan y mucho la repetición de las elecciones generales el próximo 26 de junio. Los comicios se llevarían a cabo seis meses después de los celebrados en diciembre del año pasado y se producirían en un ambiente de hastío y decepción bastante generalizada por parte de la ciudadanía al comprobar la incapacidad de los dirigentes políticos españoles de acordar un presidente y formar un gobierno. Sin olvidar el ingente coste económico que supone abrir las urnas. Las últimas costaron 130 millones de euros, sin contar lo que gastaron los partidos políticos en sus respectivas campañas electorales.
La idea fue lanzada por el presidente del PP en Gipuzkoa, Borja Sémper: “Me gustaría no hacer campaña porque no creo que vayamos a proponer nada nuevo, ya lo hemos contado todo”. Esta semana se ha sumado a su consigna el ministro de Justicia en funciones, Rafael Catalá, que ha pedido revisar el sistema. A su juicio, es necesario alcanzar “un gran acuerdo de todas las fuerzas políticas” para que la hipotética próxima campaña electoral sea “reducida en términos de costes”. Según su análisis, el objetivo de una campaña, que es comunicar a los ciudadanos los programas, está cumplido y “no hace falta empezar de cero” como si hiciese cuatro años que los partidos no se comunican con los electores. Y además, el ministro apuesta por una campaña que sea “menos costosa para el erario público”. Todo ello sin tener en cuenta “la lata que se da
El debate está servido y algunos dirigentes políticos ya se han posicionado. La mayoría de ellos son reacios a cambiar una norma que está recogida como un derecho en la Constitución, mayormente porque debería modificarse la Ley Electoral (Loreg) y, aún suponiendo que tuviera los apoyos necesarios, no hay tiempo suficiente para hacerlo.
Lo que sí podría darse es que los partidos alcanzaran un acuerdo político para rebajar ciertos gastos, como el de colocación de propaganda y reducir el número de mítines. Los partidos recuperan gran parte del dinero invertido en los quince días de campaña con los ingresos que reciben el Estado en base a la representación que obtenga cada uno en el Congreso y el Senado.
Mientras llega la reforma de la Ley Electoral, los partidos reaccionan timidamente a la propuesta y lo hacen desde posiciones distintas.El secretario general del grupo de Ciudadanos en el Congreso, Miguel Gutiérrez, aseguró que su partido estaría de acuerdo con acortar la campaña electoral en el caso de que hubiera que repetir los comicios, siempre que fuera posible legalmente, lo que ha puesto en duda.
En cualquier caso, ha asegurado que la formación presidida por Albert Rivera siempre va a “luchar para que no haya elecciones” otra vez. Para evitarlo, pide “sentido común y sentido de Estado” al presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, reclamándole que permita que un equipo de negociadores del PP se reúna conjuntamente con representantes del PSOE y de Ciudadanos. “Que no tengamos que hacer todo ese dispendio y ese disparate político para encontrarnos en la misma posición el 27 junio”, apostilló.
En la misma línea, el portavoz del PSOE en el Congreso de los Diputados, Antonio Hernando, rechaza esa posibilidad de acortar los quince días de campaña electoral pero se muestra abierto a reducir los gastos electorales con medidas como “que no se pague el buzoneo electoral” porque considera que es muy costoso. Idéntico posición mantiene Podemos ya que no se opone a la reducción de gastos pero no ven viable la posibilidad de acortar la campaña. - DNA