El territorio de Iparralde continúa inmerso en un amplio debate que pretende unir en una sola entidad las actuales diez mancomunidades y que podría desembocar en la creación de la primera institución que respete los límites históricos de Lapurdi, Baja-Navarra y Zuberoa. La propuesta lanzada por el Gobierno galo no equivale a la creación de un departamento o una región, ni mucho menos se acerca a un estatuto de autonomía, sin embargo, tras dos siglos de total inmovilismo, numerosos cargos electos ven la posibilidad de cambiar de escenario y apuestan por la creación de esta entidad, que contará con un presupuesto de 100 millones de euros, fiscalidad propia y competencias como desarrollo económico, ordenación del territorio, transportes, cultura y euskera.

Las votaciones que se han celebrado en los últimos días confirman el resultado de la primera consulta organizada en otoño sobre esta cuestión y en la que siete de cada diez municipios que representan a un 66% de la población apoyaron la creación de una Mancomunidad única. Euskadi norte cumplió así con las dos condiciones planteadas por París, ya que la mitad de los 158 municipios tienen que votar a favor y, al mismo tiempo, tienen que representar a la mitad de los cerca de 300.000 habitantes del territorio. Si antes de junio se repiten los resultados, la nueva institución comenzaría a ejercer sus competencias el 1 de enero de 2017.

Baiona, Maule y otras veintisiete corporaciones municipales, que representan ya a un 42% de la población, han votado ya a favor de una mancomunidad única. Varios municipios como Hendaia, Hiriburu, Hazparne, Senpere, Sara, Irisarri, Urdiñarbe o Mugerre votaron a favor por unanimidad. Además, esta semana, la localidad labortana de Getari también se ha sumado al sí, cambiando de actitud respecto a su voto de noviembre, cuando se inclinó por el no.

En todo Iparralde, varios concejales que se abstuvieron en la primera consulta apuestan ahora por el sí después de haber obtenido más información sobre las competencias que tendría la nueva entidad. Tras décadas de reflexiones, en los últimos meses, en colaboración con el delegado del Gobierno francés en Iparralde, los cargos electos vascos han participado en cuarenta reuniones y talleres con el objetivo de fijar las modalidades del nuevo marco. La nueva delegada del Ejecutivo galo en Baiona, Catherine Séguin, asegura que continuará el trabajo realizado por su predecesor que calificaba el plan de “auténtica oportunidad para el territorio”. Séguin, la primera mujer que ocupa este cargo, será la encargada de poner en marcha la nueva entidad si sale adelante.

Los alcaldes, concejales y la Cámara de Comercio que apuestan por la unión consideran que se trata de una fórmula que otorga más coherencia territorial entre las zonas urbanas de la costa y las comarcas rurales del interior. Además, subrayan que esta Mancomunidad vasca sería la segunda más importante después de la de Burdeos en la nueva macrorregión francesa, creada tras la unión de Aquitania, Poitou-Charentes y Limousin.

detractores De momento, Biarritz, Bidarte, Etxebarre e Irulegi son las localidades que rechazan la oferta. Un 63% de la corporación municipal biarriztarra, con el alcalde centrista a la cabeza, votó en contra de la propuesta al considerarla “complicada” y calificarla de “obstáculo para el desarrollo”. Una concejala hostil al cambio explicó su voto, por ejemplo, argumentando no querer “nuevas fronteras en el País Vasco”. Varios detractores lamentan que París haya cedido a la presión de los nacionalistas vascos y creen que la Mancomunidad podría constituir el primer paso en la construcción de un Estado vasco. En la ciudad costera de Iparralde, conocida por su marca internacional, su aeropuerto y su equipo de rugby que llevan todos el nombre de Biarritz-Pays Basque, el alcalde Michel Veunac asegura que en ningún caso dan la espalda al resto de Euskadi norte y que tan solo rechazan una forma inadecuada de gestionar el territorio.

La falta de representación de las ciudades más pobladas y el aumento de la fiscalidad para ciudadanos y empresarios es otro de los argumentos utilizados por los detractores. Numerosos cargos electos, entre ellos la diputada socialista Colette Capdevielle, critican que la mancomunidad de Baiona financie la campaña a favor del no. La teniente de alcalde ecologista de Baiona, Martine Bisauta, recalca por su parte que la campaña a favor del sí que lleva a cabo la plataforma Batera ha sido posible gracias a la aportación de sus militantes y que no ha contado con dinero público. El debate provoca tensiones entre partidarios y detractores. El líder de los conservadores Max Brisson ha denunciado incluso haber sido apartado por Nicolas Sarkozy de la secretaría general del partido en Iparralde por su posicionamiento a favor de la Mancomunidad propuesta por el Gobierno socialista.

Más de 120 municipios tienen que pronunciarse todavía sobre esta cuestión. El debate continúa con una intensidad poco habitual en Iparralde en los ayuntamientos, la calle, los medios de comunicación y las redes sociales. Anglet, la segunda localidad más poblada en Iparralde con casi 40.000 habitantes debatirá sobre el plan durante el pleno de hoy lunes. En otoño, el alcalde conservador y 33 concejales de la ciudad vasco-gascona votaron en contra y tan solo cuatro se posicionaron a favor del nuevo marco.