madrid - Ayer comenzó la presentación de candidaturas en Izquierda Unida ante la Asamblea Federal que celebrará los días 3, 4 y 5 de junio, en la que la formación renovará su dirección, replanteará su estructura y, finalmente, debatirá su relación con Podemos. El portavoz Alberto Garzón, partidario de la confluencia electoral con los de Pablo Iglesias, tendrá que hacer frente a la lista de Izquierda Abierta, sector crítico cuyo rostro visible es el antiguo coordinador general, Gaspar Llamazares.
Garzón quiere suceder a Cayo Lara como coordinador de Izquierda Unida con el objetivo de “avanzar en la más amplia unidad popular”, lo que supondría llegar a acuerdos para acudir junto a Podemos a las urnas. El documento presentado por el diputado aboga por “conformar un verdadero movimiento político y social que vaya más allá de IU” y critica la “conexión insuficiente entre los conflictos sociales y el ser de la organización”, que califica de “lenta”, “burocrática” e “inmovilista”.
La candidatura de Izquierda Abierta, impulsada por el sector histórico de la organización, defiende en cambio que la “integración en Podemos no resuelve el desafío de la confluencia política de las izquierdas alternativas”. Los críticos con Alberto Garzón reivindican que IU tiene “luchas históricas que patrimonializar” y califican de incomprensible que se renuncie a la “experiencia” de la formación.
El ala crítica, encabezada por Gaspar Llamazares, emplaza a Garzón a “aprender de errores” cometidos en el pasado como “silenciar la voz a los militantes, fiarlo todo a un liderazgo personal y supuestamente carismático y autoposicionarse como organización única a la que las demás deben rendir pleitesía”. - M. Aizpuru