madrid - Tras muchos reproches mutuos, idas y venidas, y reuniones que nunca se concretaban, finalmente Pedro Sánchez y Pablo Iglesias acordaron ayer verse las caras el miércoles de la próxima semana para intentar trabar un acuerdo en torno a la investidura del socialista como presidente del Gobierno español, retomar el diálogo para desbloquear las negociaciones sobre la formación de Gobierno y evitar repetir las elecciones. Los líderes de PSOE y Podemos han estado mareando la perdiz las últimas semanas para celebrar un encuentro antes de Semana Santa que no se ha producido y que quedó reducido a una conversación telefónica ayer en la que constataron la “urgencia” de un “Gobierno de cambio” que sustituya al presidido todavía en funciones por Mariano Rajoy.

Los dos líderes rompieron el hielo en una conversación telefónica de media hora que ambas partes calificaron de cordial y con “plena voluntad” de abrir un nuevo marco de diálogo para poner fin al Ejecutivo de Rajoy y sus políticas articulando para ello “acuerdos amplios”.

Según informaron ambos partidos en un mensaje cuyo contenido había sido pactado, Sánchez e Iglesias mostraron su preocupación por “las formas de un gobierno interino que no respeta al parlamento”, en alusión a la decisión del Ejecutivo en funciones de no someterse al control del Congreso. También intercambiaron opiniones sobre las reformas necesarias en el Estado español no solo en materia constitucional, sino también en fiscalidad y laboral y en términos de regeneración democrática. “Hay muchos puntos en común”, según el mensaje conjunto difundido por los dos partidos.

Muchos de esos puntos en común, según Sánchez, están incluidos en el acuerdo entre PSOE y Ciudadanos, que para los socialistas “está vigente y abierto a otros partidos”. Iglesias, en cambio, cree que “la mejor inspiración” para un futuro ejecutivo es el gobierno de la Comunidad Valenciana. En cualquier caso, existe un “respeto mutuo” por las visiones respectivas que no impiden el diálogo desde la “firme voluntad” de los dos de evitar nuevas elecciones formando un gobierno “de cambio y estable”.

Estas buenas intenciones chocan, sin embargo, el distanciamiento en los planteamientos que unos y otros han mantenido desde que hace casi cien días se celebraron las elecciones generales, y muy especialmente desde que el PSOE selló con Ciudadanos un acuerdo de investidura que no satisface las aspiraciones de Podemos. Al margen de las abiertas diferencias ideológicas en muchas de las 200 medidas recogidas en el documento firmado por PSOE y C’s, Sánchez e Iglesias discrepan en la naturaleza de un eventual acuerdo entre ambos, ya que Podemos apuesta por un gobierno de coalición en el que el líder de la formación ocuparía la vicepresidencia y controlaría algunos ministerios, opción que no contempla el socialista, cuya hoja de ruta pasa por un gobierno monocolor con acuerdos “plurales”.

errejón mantiene el silencio La reunión del miércoles se producirá una vez que la Semana Santa haya enfriado la crisis interna de Podemos tras la destitución fulminante de su número tres Sergio Pascual por parte de Iglesias, quien responsabilizó al secretario de Organización de su partido de la convulsa situación interna de la federación madrileña. La disputa provocó un cisma interno en clave más orgánica que ideológica y desembocó en una pugna entre los alineados con el propio Iglesias y los afines al número dos Iñigo Errejón, contrario al cese de Pascual.

Desde entonces Errejón ha estado desaparecido y no ha participado en las actividades propias de su cargo en el Congreso y dentro de su partido. Ayer participó en el minuto de silencio convocado por el presidente del Congreso ante la Puerta de los Leones en Madrid, en solidaridad con las víctimas de los atentados yihadistas en Bruselas, pero mantiene su revelador silencio interpretado desde algunos sectores como una muestra de desaprobación hacia Iglesias.