MADRID - Inasequibles al desaliento, desde las filas populares siguen manteniendo que la mejor fórmula para alcanzar el escenario de la gobernabilidad es un gran acuerdo. El no del PSOE a ir de la mano del PP, verbalizado en numerosas ocasiones por Pedro Sánchez, parece no cundir efecto en un partido queayer refrendó su postura. A la vista del “absurdo” que supone seguir dando alas al pacto entre socialistas y Ciudadanos “tras un investidura fallida”, el vicesecretario general de Organización, Fernando Martínez Maíllo, tendió ayer la mano a explorar posibilidad en una toma de contacto que, dejados los desencuentros en un cajón, arrancaría “de cero”.
“Este pacto ha decaído”, remarcó sobre las bases alcanzadas entre PSOE y Ciudadanos -al que siguen tendiendo la mano, aunque Rivera ha sido blanco de críticas durante las últimas semanas-, “después de haber sido de derrotado en la sede del Parlamento nacional, en el Congreso de los Diputados, y en el empecinamiento de ambos por mantenerlo más allá de la investidura fallida. No tiene ningún sentido” expuso un Maíllo que, por el contrario, tendió la mano a Sánchez si da un viraje de 180 grados a sus postulados contrarios al PP. Es más, adelantó que tras la Semana Santa su partido mostrará una clara y diáfana propuesta al diálogo. Sin embargo la respuesta del socialismo, que “se negó antes”, a buen seguro será negativa.
La nueva toma de contactos entre socialistas y los populares de Mariano Rajoy para formar una gran coalición, en todo caso, comenzaría “desde cero”. No lo hará “en base a un documento que supone una derogación de las políticas del PP. En estos 90 días desde las elecciones, solo ha habido un problema, que es que quien ha perdido las elecciones pretende ser presidente del Gobierno, lo que ha provocado la situación en la que ahora se encuentra España”, censuró. La diatriba de Sánchez, por lo tanto es evidente. “Elegir entre un gobierno con una gran coalición con el partido que ganó las elecciones o por la opción que es la radicalidad, con Podemos y los independentistas” son los dos caminos abiertos. Maíllo tampoco desaprovechó la ocasión para mandar un mensaje en dirección a la formación morada. Aseguró sentirse extrañado por la actuación “a la hora de destituir a alguien”, en clara referencia al fulminante cese de su secretario de Organización, Sergio Pascual, en el seno de un partido “que se considera asambleario” y “nacido de los famosos círculos”.