Urkullu y Otegi se llevan tres años. Cuando Otegi metió a Luis Abaitua en un agujero (lo siento, pero fue así, secuestró), Urkullu andaba estudiando. Uno acabó en la cárcel y el otro terminó la carrera de Filología. No se trata de dar una opinión sobre los hechos: fue lo que pasó.
Es probable que sean rivales electorales y cada uno aportará sus méritos llegado el caso. Como se trata de dar opinión, aunque el sindicalismo vigilante y mayoritario trate de callarte, la daré: entre pasado y futuro, voy a lo segundo. Entre estar enredado con las consecuencias de una violencia que no quisimos y unas inversiones económicas que le den trabajo a la generación que me sigue, no tengo duda.
Gara ha escrito que Urkullu está nervioso porque Otegi es un rival. Yo lo estaría. Otegi es un gran candidato, pero siendo tan bueno no necesita la ayuda de Pernando Barrena. No se puede citar el abandono de los demás respecto a Rafa Usabiaga cuando ha sido Sortu la que le ha tenido en la esquina. Repasar los carteles en nuestras calles es tan evidente que no hace falta más debate. Pero Barrena, a propósito del secuestrado por Otegi, ha ido por elevación: el empleo de la violencia es de todos. El PP usa lo mismo con la corrupción: todos tienen su marrón. Pues va a ser que no. No es lo mismo defender durante décadas el asesinato, la extorsión, la tortura, la detención arbitraria, el tiro en la rodilla, etc. No; lo siento. Ahí me siento identificado por edad y actitud con Urkullu: mientras Otegi secuestraba, a los demás nos parecía mal.
El final de la violencia de ETA fue la noticia que todos estábamos esperando dar, pero eso no absuelve. Barrena puede forzar el lenguaje, él sabrá si forzado por los líos internos, pero su discurso de poli malo tiene poco pase con lo que pasa: el PNV es lo peor; pero pacto hoy con él la Ley Muncipal. Nada menos que con un partido que “usa la violencia con fines políticos”. Menos lobos: mataban otros. Ahora que ETA no mata, ni hace lo que hizo Arnaldo Otegi, y Urkullu, a diferencia de los líderes españoles, habla con todos, sería bueno un debate público entre ambos. Representan a amplios sectores abertzales que, sin revanchismo, deben debatir.