GASTEIZ - El lehendakari se muestra contrariado por el tono y el contenido que ha apreciado en los discursos que se han oído esta semana en el Congreso, pues sin duda van a condicionar tanto las relaciones entre los partidos como los contenidos de la agenda política e institucional vasca.

Fracasado el intento de investidura de Pedro Sánchez, ¿qué escenario se abre a partir de mañana?

-Un escenario muy crítico, en la medida en que parece que necesariamente hay que agotar el plazo de dos meses si no hay antes una investidura. Y, si no, nuevas elecciones generales. Digo crítico porque se me ha hecho muy desagradable el desarrollo del debate político durante la investidura. No ya porque no se atiendan los retos verdaderos del Estado y se haya caído en el tacticismo, sino porque además se ha hecho de una manera bronca, con un estilo que no es nada halagüeño para un entendimiento futuro. Lo veo con poca esperanza.

Deme su opinión sobre el acuerdo del PSOE con C’s.

-No es positiva. Como lehendakari, en la medida que he venido insistiendo en la necesidad de analizar el modelo de estado, veo que en el discurso del candidato, en los textos comprometidos o en el debate no hay ninguna referencia a un modelo de estado diferente... Sean ustedes conscientes de que tienen dos realidades que se tienen que interpretar de manera diferenciada a la del resto, que son Cataluña y Euskadi.

¿Cómo ha visto los discursos que se han hecho con respecto a la cuestión nacional o territorial?

-Con pesar, porque hay quien sigue pensando que el problema es el referéndum, e interpreta ese referéndum necesariamente como una pregunta que ineludiblemente lleva a una consecuencia de independencia, sin pararse a pensar en la situación que se da en ese territorio que reclama una consulta o un referéndum, y que de forma previa está planteando una negociación con el Gobierno del Estado. Una consulta en la que la pregunta quizá no sería la que la mayoría de los líderes políticos estatales está pensando. Y todo esto, ¿por qué? Porque no hay un diálogo.

¿Se refiere a Cataluña?

Sí y también a Euskadi. Esto se lo he planteado a Rajoy en su calidad de presidente y a Pedro Sánchez. Y hay una cerrazón absoluta en el PP y el PSOE a hablar del derecho a decidir o de la capacidad de celebración de consultas. Fíjese lo que ha sucedido con la tercera vía de los socialistas catalanes. En el discurso de Sánchez no hay ninguna referencia a eso. Me entristece también el discurso de los socialistas vascos con respecto al derecho a decidir, porque da la impresión de que son los más furibundos en contra de un principio democrático, cuando lo que estamos planteando es, oiga, vamos a debatir y a intentar alcanzar un acuerdo entre diferentes sensibilidades, de cara a la convivencia política para una generación. Planteemos los pasos graduales que podamos dar de forma acordada. Sometámoslo a consulta entre los ciudadanos.

¿Me puede ayudar a entender el calendario político vasco? ¿Dónde hay un hueco para colocar las elecciones vascas?

-En el cumplimiento de la legislatura, nos iríamos a otoño de este año.

¿Cuál es la última fecha posible para celebrar las elecciones?

Si obráramos como Rajoy, estaríamos hablando de finales de noviembre, alargando la legislatura un mes más desde que fueron las elecciones en octubre de 2012. A mediados de octubre debería celebrarse la reunión del Consejo Vasco de Finanzas para tener unas directrices para la elaboración de los presupuestos de 2017 en todas las instituciones. Por tanto, estamos hablando de elecciones en otoño. La legislatura autonómica es también la legislatura parlamentaria y esta acaba en julio, con descanso en agosto. Lo lógico es que no se retome en otoño. Con esos datos estoy jugando. Encajarlo en otras fechas significaría celebrarlas antes del verano, y en este momento no tengo eso en el pensamiento.

En una entrevista concedida a DNA, Andoni Ortuzar aseguró que en su opinión el candidato del PNV debía ser Iñigo Urkullu ¿Han hablado ustedes sobre ello?

-Corresponde al partido desarrollar sus procesos internos y todavía no se han iniciado. Las reuniones en las que participo con el EBB se han dedicado a hablar de las cuestiones generales de gobernabilidad.

¿Me quiere decir algo sobre su actitud o disposición?

-Todavía no me he parado a pensar en eso. Espero que para Semana Santa tenga una idea clara de cómo puede terminar el primer semestre en lo que respecta al cumplimiento de nuestro programa de Gobierno.

¿A qué se deben en su opinión los buenos resultados que obtuvo el PNV en las elecciones generales?

-A la fortaleza y salud del PNV. A lo que ofrece a la ciudadanía. Un PNV que tiene clara su línea de actuación, en base a unos principios irrenunciables pero también a una interpretación en cada momento de la realidad social vasca y de los pasos que hay que ir dando, ofreciendo credibilidad. Y quienes lo representamos estamos obligados a ayudar a identificar los retos del día a día y hacerlos compatibles con los del futuro. Llevar a cabo una acción política, con cercanía y trasparencia, facilitando la participación de ciudadanos y colectivos. Es la interpretación que hace de una manera fiel una buena parte de la sociedad vasca de la seriedad y sensatez del PNV.

Otro dato destacado ha sido el resultado de Podemos.

-Lo veo con sorpresa, como en las forales del año pasado. También me ha sorprendido el grado de afección que ha tenido en otras formaciones, también en el PNV, pero especialmente en EH Bildu o el PSE.

¿Y cómo ve su posible representación en el Parlamento vasco?

-Cada elección es diferente, sobre todo si hay nuevas formaciones políticas. Si Podemos entra de manera homogénea en los tres territorios, afectará al reparto de todos los partidos. En 2012, el PNV obtuvo 27, pero se llevó los últimos de los tres territorios; es normal que se vea afectado. Con respecto a EH Bildu, en el pasado han atraído a votantes que han sido parte de una amalgama, porque también han tenido un voto contestatario o antisistema. Si ahora aparece otra formación en esas claves, lo normal es que entre el original y la copia, por el mismo precio, la gente prefiera el original.

¿Y ve factible un entendimiento entre Bildu y Podemos para hacerse con el Gobierno?

-Habrá que ver qué dan los resultados aritméticamente. Yo parto de la confianza absoluta que tengo en el PNV y en los resultados que pueda obtener. Y en su capacidad para relacionarse con todas las formaciones, incluso con Podemos, por mucho que sus líderes, dentro de su proceso interno estén planteando la imposibilidad de pactar con el PNV. Podemos ha reconocido la gestión de las políticas sociales en la CAV, también plantea una reivindicación del derecho a decidir como el PNV. No veo ámbitos de colisión que hagan imposible el entendimiento.

¿Y una mayoría alternativa de izquierdas?

-¿Qué son izquierdas? ¿Quién en un compromiso de justicia social, de solidaridad, de cohesión social, de desarrollo de la sociedad vasca sin dejar a nadie atrás, quién más que el PNV? No entiendo que Bildu, Podemos y el PSOE se quieran encasillar y lo hagan en un único espectro, cuando la sociedad vasca es tan plural y tan diversa que aconseja la transversalidad y el acuerdo entre diferentes, ... Es ahí donde nosotros estamos trabajando con todo el resto de formaciones políticas.

¿Cuáles han sido los momentos más complicados en estos tres años pasados de Lehendakari?

-Ha sido un tiempo con una preocupación constante por la reactivación económica, por las condiciones de vida en la sociedad vasca en un contexto de crisis. Las preocupaciones de las personas: parados mayores de 45 años, el empleo y la emancipación de los jóvenes, la falta de entendimiento entre los agentes sociales, la escasa calidad de los contratos laborales, la escasez de recursos, la sostenibilidad de las políticas sociales?

Una de las patas de su discurso institucional ha sido el del nuevo estatus de autogobierno. Una de las críticas que va a recibir es que la consulta que se anunció para 2015 no se ha celebrado...

-Sí, pero a los que lo vayan a criticar les invito a repasar el texto de la propuesta y verán que antes de fijar la fecha de 2015 se fijaron las condiciones que había que cumplir para llegar a ella. Yo planteé un método para alcanzar un escenario de convivencia política, lo más consensuado posible, mediante el dialogo, la negociación, el acuerdo y la ratificación, con el liderazgo del Parlamento vasco. Y dije que tras el acuerdo vendría la consulta, que espero que sea legal y pactada, algo que no depende solo de nosotros; también del Gobierno español. Con todo, me parece importante que todas las formaciones con representación parlamentaria estén participando en la ponencia sobre autogobierno. Se está haciendo, con absoluta normalidad, algo que nunca había sucedido.

¿Cuál sería su diseño para el desarrollo de este asunto pendiente?

-Estamos en un momento de incógnita sobre la gobernabilidad del Estado y estamos viendo el debate con respecto a las consultas o los referéndums. También tiene que ver con el debate sobre la reforma de la Constitución, o si es posible abordar la consulta, legal y pactada, desde la interpretación de los derechos históricos, sin modificar la Constitución, o desde la delegación a las comunidades autónomas de la capacidad de convocar consultas. Es necesario hacer otro planteamiento de desarrollo del autogobierno, y además una mayoría de la sociedad vasca demanda ser consultada. Los partidos anclados en posiciones obsoletas tendrán que superar sus planteamientos.

¿Tendremos Ley Municipal?

-Deseo que la tengamos, para cerrar la arquitectura institucional y fijar los ámbitos competenciales de cada uno, también de los ayuntamientos. Es algo demandado, sobre todo por los municipios vascos. Espero que el martes el Parlamento avance definitivamente en este objetivo.

¿En qué verán mejorada su situación los ayuntamientos?

Primero, en su reivindicación de tener un reconocimiento institucional, como las diputaciones o el Gobierno. Deberán ver reconocida su realidad con una clarificación de los asuntos que les competen y no porque el Gobierno apruebe un servicio por decreto y lo tengan que ejecutar por delegación. Hay que clarificar esto y su financiación.

He leído con atención el discurso que pronunció el lunes pasado en la Universidad de Deusto y me ha quedado la impresión de que presentó el programa que propone Urkullu a la sociedad vasca para los próximos cuatro años.

Quería plantear, en medio de un análisis general sobre la globalización, una reflexión sobre los retos de Euskadi en un horizonte de varios años. Retos demográficos, de seguridad y libertad, legitimidad democrática, retos económico sociales, sostenibilidad,... Además de vivir al día, como responsables políticos tenemos que tener una previsión de cómo prepararnos para el futuro.

Una de sus frases fue “Creo en el rigor; pero no en la austeridad, porque nos ahoga” ¿Cuáles han sido las consecuencias de la austeridad en Euskadi?

Vengo demandando una política de mayor flexibilidad tanto al presidente español como a las instituciones europeas. Nos vemos afectados por una nueva regla de gasto europea que tenemos que cumplir. Nos afecta también el límite en el objetivo de déficit impuesto por el cambio constitucional del PP y PSOE en 2011. Tenemos una posición financiera mejor que el Estado y las otras Comunidades Autónomas, pero nos vemos sometidos a imposiciones. Una cosa es el rigor en las cuentas públicas pero otra cosa es la austeridad impuesta que nos ahoga.

En este escenario, su ejecutivo ha hecho un esfuerzo importante por mantener el gasto social

-Sí. Y digo claramente que el estado de bienestar en Euskadi no va a estar en peligro por mucho que nos aprieten con la austeridad a ultranza.

Da la impresión de que como consecuencia del elevado gasto social y las limitaciones fiscales, las instituciones han visto limitada su capacidad de inversión.

-Si tenemos que destinar tres de cada cuatro euros a salud, seguridad, protección social, educación, y ese es el compromiso que tenemos para mantener la cohesión social, tendremos que ser conscientes de que eso impide destinar recursos a otros fines. Efectivamente, la reactivación de la economía también la pueden ayudar las instituciones y nos estamos viendo muy limitados.

¿Hemos corrido el riesgo de perder alguna inversión productiva por esta dificultad de financiación?

-Por incapacidad financiera del Gobierno, no. Pero sí planteo la necesidad de trabajar en la creación de fondos propios, públicos y privados, para proyectos estratégicos y proyectos de innovación.

¿Está Ud. pensando en algún instrumento nuevo para movilizar esa inversión?

-Merece la pena ver si hay que crear nuevos fondos. Me interesa el empleo juvenil, el empleo de calidad, los parados de larga duración y me preocupa mucho la innovación.

Hay algo que no entiendo. Si están claros los objetivos, existen los recursos y también las herramientas, ¿qué es lo que falta?

-Que nos pongamos todos en la misma dirección.

¿Quién son todos?

Hace tres años propusimos un fondo de financiación en el que participaran entidades financieras y entidades de previsión social voluntaria. No fue posible. A futuro creo que es necesario que compartamos el diagnóstico y creamos como sociedad vasca que debemos tener nuestras propias herramientas, en un territorio pequeño, con población escasa, ante un fenómeno globalizado y que tenemos que sumar fuerzas.