argelia - Miles de saharauis recibieron ayer al secretario general de la ONU, Ban ki-Moon, en las “zonas liberadas” del Sáhara Occidental y le pidieron que presione a Marruecos para solucionar antes de fin de año un conflicto que dura cuatro décadas.
El diplomático surcoreano llegó a media tarde en helicóptero a la localidad de Bir Lehlu, arrebatada por el Frente Polisario a la fuerza ocupante durante la guerra, tras una breve e intensa visita a los campamentos de refugiados en la región argelina de Tinduf.
Al igual que en el campo de Smara, miles de enfervorizados saharauis recibieron a Ban al grito de “libertad para el Sáhara” y en medio de continuos llamamientos para que la ONU asuma su responsabilidad e imponga el referéndum acordado en la década de los 90.
última huella de la colonización Ciudadanos de a pie y responsables políticos le recordaron a Ban que han pasado 40 años desde que Marruecos ocupó el territorio que reclaman como su patria y que ha llegado el momento para que finalice la última huella de la colonización en África.
Fuentes de la delegación saharaui informaron de que Ban mantuvo una larga charla con jóvenes de las “zonas liberadas”, a los que preguntó sobre la situación política, sus aspiraciones y las condiciones de vida en este gran desierto.
Los jóvenes se quejaron de “los continuos abusos de Marruecos”, la persecución y tortura a sus colegas en las zonas ocupadas y la amenazante presencia del Ejército marroquí en el muro de segregación levantado por este país.
Horas antes, una multitud similar había recibido en Smara con la misma euforia y rabia a Ban, quien fue testigo del hartazgo de la población saharaui y ni siquiera pudo pasear por la zona como estaba previsto.
Desde allí, el diplomático surcoreano se desplazó unos kilómetros en todoterreno para reunirse con el presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), Mohamad Abdelaziz, quien le expresó su deseo de que el conflicto llegue a su fin antes de final de año.
El mandatario le recordó que la ONU asumió hace 25 años la responsabilidad de que el referéndum se celebre y que ha llegado el momento de que el organismo internacional cumpla con su palabra y haga honor a su credibilidad.
Abdelaziz, que también lidera el movimiento independentista saharaui Frente Polisario, y Ban abordaron, asimismo, la situación de los derechos humanos en el Sáhara Occidental ocupado y la explotación ilegal de los recursos naturales saharauis por parte de Marruecos, así como la situación de la seguridad en la región.
Antes de volar a Bir Lehlu, el diplomático celebró una comida de trabajo con los responsables sobre el terreno de la Misión de la ONU para el Sáhara (MINURSO) y con su responsable, Kim Bolduc, quien le recibió en el aeropuerto de Tinduf.
Esta es la primera visita que Ban realiza al Sáhara Occidental en sus nueve años de mandato al frente de la ONU -que expira este año- y se produce en un momento de nuevas tensiones entre el Frente Polisario y Marruecos.
El diplomático, que viajó acompañado por el enviado especial Christopher Ross, aterrizó a primera hora de la mañana en Tinduf, donde fue recibido Mohamad Jadad, coordinador general con la MINURSO y miembro del equipo negociador de RASD, y la secretaria general del movimiento de mujeres, Fatma el Mehdi.
campo de refugiados Desde el aeropuerto, al que llegó a bordo de dos aviones Falcon cedidos por el Gobierno español, Ban se trasladó en helicóptero al campo de refugiados de Smara para conocer el devastador efecto de las lluvias torrenciales que azotaron la zona en otoño.
Smara fue uno de los campos de refugiados más afectados de la parte este, con cerca del 70 por ciento de sus casas de adobe dañadas y miles de tiendas de campañas deterioradas y perdidas por las tormentas.
Pese a que no pudo caminar como era su deseo, allí Ban también fue informado de la labor de las distintas agencias de la ONU y decenas de ONG en favor de los 160.000 refugiados que viven en los campos, que desde hace 40 años dependen exclusivamente de la ayuda internacional.
Además de intentar desbloquear el proceso de paz -cimentada en la consulta de autodeterminación a la que Rabat pone obstáculos, sobre todo a la hora de confeccionar el censo-, el viaje de Ban se centró en la renovación del mandato de la MINURSO, prevista para finales de abril.
Los saharauis quieren que la misión, encargada de supervisar el alto el fuego firmado en 1991 entre Marruecos y el Frente Polisario que permitió iniciar el proceso de paz, añada a sus funciones velar por el respeto de los derechos humanos, especialmente en las zonas ocupadas por Rabat. - Efe