madrid - Pedro Sánchez tiene la jugada en la cabeza. Se salga o no con la suya sin el auxilio de Podemos, trataría de colocar a la formación de Pablo Iglesias en el “bloque del inmovilismo que lidera Rajoy” y donde incluye a los independentistas. El comportamiento y las propuestas de la fuerza morada han caído como una especie de bomba de relojería en Ferraz, donde manejan la versión de que si algo pretende Podemos es llevar a la sociedad a unas nuevas elecciones donde los sondeos reflejan que la marca emergente podría pasar por la izquierda a los socialistas. De ahí que, después de que Iglesias censurara ayer a Sánchez por estar instalado en la “prepotencia y la arrogancia” al no querer dar el paso de sentarse a negociar en serio con ellos, desde el PSOE, y por boca de su portavoz en el Senado, Óscar López, se optó por tachar la oferta programática podemista como una “involución democrática”. Los socialistas reprochan al líder morado por pretender que el próximo Ejecutivo, y en concreto el área de vicepresidencia que recaería en el propio Iglesias, disponga del “control” del CNI, la policía, los jueces, los fiscales y la televisión pública, que son su “obsesión”.

Tras adjetivar como un “grave error” el planteamiento de Podemos en su documento, el PSOE defiende que el camino debe ser justo el contrario: asegurar la independencia de los servicios secretos, las fuerzas de seguridad, la justicia y la televisión. López también cargó contra las palabras de Iglesias hacia Sánchez señalando que son “una broma de mal gusto” porque “Pablo Iglesias y humildad son un oxímoron”. “Es una involución democrática que ahora quieran controlarlo todo, y también muy difícil de explicar para los votantes de Podemos”, ahondó el dirigente socialista. Una atmósfera bañada de cruce de descalificaciones que no concuerda con la solicitud por parte del secretario general de Podemos de “bajar el tono” porque los votantes de las dos formaciones “no quieren ver cómo nos tratamos mal”. Y es que si López replicaba a Iglesias, éste último lo hacía con Sánchez, que lamentó el empecinamiento de Podemos de no ir a la mesa de diálogo hasta que el PSOE no rompa su comunicación con Ciudadanos.

“Resultaría decepcionante que el PSOE llegara a un acuerdo con Ciudadanos, donde además no dan los votos”, suscribió Iglesias, dispuesto a retocar su programa tras las duras críticas recibidas desde algunas asociaciones judiciales, algo que ha ya hecho en la elección de los jueces o altos cargos estratégicos. Insiste el líder de Podemos en que por “cortesía” Sánchez debería acceder a entrevistarse con él como punto de partida. “Siempre estoy dispuesto a hablar por teléfono, pero cuando lo hacemos, que son pocas, eso es una noticia”, reiteró a expensas de arrancar hoy su propia ronda de diálogo con Alberto Garzón. Pero desde el PSOE tienen clara la hipótesis: “Se acerca el día en el que Iglesias tendrá que elegir si está en el bloque del cambio o con Rajoy”.