GASTEIZ. Azkarraga, exdirigente de Eusko Alkartasuna y exconsejero de Justicia durante el Gobierno vasco de Juan José Ibarretxe, ha trasladado a los "viejos y nuevos actores políticos" surgidos de las elecciones del 20 de diciembre que los problemas no se solucionan "mirando hacia otro lado" y que hay que hacer frente a un "problema irresuelto".
"Si hay un nuevo Gobierno tendría que hacer mil piruetas para hacerlo peor que el actual", ha opinado, ya que por "muy mal" que se plantee este asunto "es muy difícil que pueda superar lo que ha hecho" el Gobierno del PP, que ha "mirado hacia otro lado" e incluso ha "endurecido" las políticas penitenciarias.
También el portavoz de Sare ha confiado ha confiado en que la Justicia "empiece a entender" que no valen las "recetas viejas para tiempos buenos" y ha valorado el reciente acuerdo judicial alcanzado por los 35 acusados de reconstruir Batasuna y la Fiscalía, por el que han sido condenados por integración en ETA pero eluden la prisión.
El manifiesto presentado hoy, que se distribuirá "pueblo a pueblo y barrio a barrio" hasta el mes de septiembre, busca el apoyo activo de la ciudadanía en general y de profesionales de los ámbitos judicial, universitario, deportivo y cultural para exigir la defensa de los derechos humanos "de las personas exiliadas y deportadas".
De esta forma Sare pretende lograr sus objetivos para que las masivas manifestaciones del pasado 9 de enero en Bilbao y en Bayona (Francia) para exigir el fin de la dispersión de los presos de ETA no se tengan que repetir.
El manifiesto considera "urgente" resolver las vulneraciones de derechos humanos de los presos y de sus familiares, poner fin a la dispersión y lograr un "trato humanitario" para quienes se encuentran privados de la libertad.
Recuerda que la política penitenciaria que se aplica a los presos "inflige no solo las leyes internas del Estado español y francés sino también las orientaciones de la normativa internacional".
En el texto se reivindica la excarcelación de los reclusos que padezcan enfermedades graves y el fin de una legislación "excepcional" concebida "como castigo" que no contribuye a cerrar una etapa de dolor y enfrentamientos y que "aleja" un escenario de convivencia.
Para Sare, es la hora de que los ciudadanos que estén a favor de los derechos humanos sean una parte activa para conseguir una paz "justa y duradera".