BARCELONA - Horas después de que Junts pel Sí presentara la oferta y de que se vendiera en los medios que existía un acuerdo con la CUP, la fuerza anticapitalista salió a la palestra para desmentir el consenso como tal, ya que a su juicio simplemente se dedicaron a recoger el planteamiento de la coalición tricéfala para trasladárselo a sus bases. Es más, los diez diputados antisistema limitarán su papel en la asamblea del próximo domingo al de “intermediarios” del documento, por lo que ni siquiera votarán, optando por abstenerse para no orientar el voto, principalmente porque en sus filas conviven dos bandos, el capitaneado por el sector de Endavant, liderado por Anna Gabriel, que rechaza a Artur Mas, y la corriente Poble Lliure, más afín a la reelección de líder de Convergència y donde se enmarca, entre otros, el cabeza de lista el 27-S, Antonio Baños.

El portavoz Albert Botran aclaró que el texto es fruto de poner negro sobre blanco buena parte del contenido del programa de la coalición entre CDC y ERC; mientras que el diputado por Girona, Benet Salellas, intentó ser más gráfico explicando que después de que la CUP y Junts pel Sí acudieran con sus respectivos programas para el 27-S, los cuperos elaboraron otro escrito, bajo el título Fil a l’agulla, que surgió como una declaración de mínimos para el pacto. La propuesta de acuerdo es “un documento de aproximación de Junts pel Sí a este texto”, adjetivó.

Botran eludió entrar en opiniones políticas sobre el contenido de la oferta y se limitó a afirmar que aún hay muchos aspectos que quedan en el aire. A su vez, añadió que algunos aspectos de la propuesta de la coalición son simplemente el despliegue de algunas leyes ya aprobadas, y que por lo que se refiere a los proyectos de ley sobre seguridad social, hacienda propia y transitoriedad del proceso constituyente han demandado los anteproyectos.

En el supuesto de que la militancia decida en la asamblea apoyar a Mas, sin que se barrunte el posible resultado de la votación, la CUP convocará de inmediato un consejo político para concretar el sentido del voto en el Parlament en el debate de investidura, habida cuenta de que el líder de CDC requiere al menos dos votos a favor y ocho abstenciones para ser reelegido como president.