Desde estalló la crisis miles de ciudadanos españoles se han visto obligados a emigrar para buscarse un futuro. Sin embargo, a la hora de acudir a las urnas, el porcentaje de electores en el extranjero ha caído notablemente. En las elecciones generales de 2008 votaron el 31,7% de las personas censadas en el exterior. En 2011, el 9,31%. El 20-D la cifra de votantes será del 7,9%, es decir, tan solo 149.000 personas de un total de 1,88 millones podrán participar en los comicios. ¿Qué es lo que ha provocado este drástico descenso? Se trata del sistema conocido como voto rogado, que se puso en marcha hace cuatro años y ha provocado numerosas trabas administrativas. Mediante este procedimiento, los residentes en otros países tienen que realizar previamente una solicitud para recibir las papeletas en su domicilio.
El Ministerio de Asuntos Exteriores divide en dos grupos a las personas que se encuentran en el extranjero: los temporales y los residentes. Según la web habilitada para los comicios, a los primeros les basta con darse de alta en el registro de no residentes y enviar las papeletas que reciban en casa a la mesa electoral correspondiente en España. Los segundos, en cambio, lo tienen más complicado. Necesitan inscribirse en el consulado y, dependiendo de la fecha en que lo hagan, figurarán o no en el censo de votantes. Si su nombre está en la lista tendrán además que rellenar una solicitud y esperar a que les lleguen los sobres y las candidaturas que, posteriormente, tendrán que entregar en la oficina consular más cercana.
Este complejo sistema ocasiona cientos de impedimentos que han provocado que miles de ciudadanos no hayan podido ejercer su derecho a voto en las últimas elecciones o hayan desistido de intentarlo. Uno de los mayores problemas es el retraso del servicio postal de algunos países, que en anteriores ocasiones ha causado que los electores reciban las papeletas en sus casas una vez celebrados los comicios. De hecho, en los días previos al 20-D numerosas personas han mostrado su preocupación en las redes sociales por no disponer todavía de la documentación electoral. Otro inconveniente es el corto plazo que establece el Ministerio de Exteriores para realizar los trámites necesarios a la hora de votar. Por ejemplo, las reclamaciones relativas al censo de votantes del consulado solo pudieron hacerse del 2 al 9 de noviembre. Además, una parte de los emigrados cuenta con la dificultad añadida de no tener una embajada u oficina consular española cercana, lo cual les obliga a coger días libres para acudir a entregar las papeletas o realizar el papeleo previo. Algunos residentes temporales optan sencillamente por comprar un vuelo a España y votar en su colegio electoral.
Votar desde el extranjero se ha convertido en una travesía en el desierto para los españoles, lo que ha motivado el surgimiento de un colectivo llamado Marea Granate, que busca la derogación del sistema actual y un cambio en la ley electoral para facilitar el procedimiento a los expatriados. Para ello han organizado en los últimos días protestas en 20 ciudades de todo el planeta, desde París a Montevideo, bajo el lema Voto rogado, voto robado. Además, la plataforma ha ideado un sistema para que nadie se quede sin escoger su opción política en las urnas. Se trata de un formulario web que permite que los residentes en España que no quieran votar cedan su sufragio a los emigrados que lo deseen. Hasta el momento, la organización ha logrado que se inscriban más de 3.000 abstencionistas.
El voto rogado fue aprobado en 2011 con el apoyo del PP, PSOE, PNV y CiU, para acabar con las denuncias por irregularidades en el voto extranjero que se producían en cada elección. Sin embargo, el remedio ha resultado ser peor que la enfermedad y varios de los promotores ya se han retractado, entre ellos los socialistas. “Nuestra intención era mejorar el sistema y acabar con el fraude, pero nos equivocamos”, reconoció recientemente el portavoz del PSOE, Antonio Hernando, que pidió al PP que lo cambie. Los populares no se ponen de acuerdo. Algunas voces territoriales de la formación defienden que hay que revocar el procedimiento, pero desde el Gobierno han ignorado las sucesivas peticiones para hacerlo antes de las elecciones generales.
Porcentaje. El domingo, la cifra de electores en el extranjero será del 7,9%, es decir, tan solo 149.000 personas de un total de 1,88 millones podrán ejercer su derecho al voto.
Protestas. La organización Marea Granate ha organizado en los últimos días protestas para denunciar el sistema del voto rogado en 20 ciudades del mundo como París, Montevideo, Bristol o Berlín.
Abstencionistas. Además, los españoles residentes en el extranjero han creado una plataforma que permite que quien no quiera votar ceda su sufragio a los emigrados que deseen hacerlo. Hasta el momento se han inscrito 3.000 abstencionistas.