bilbao - Aunque meses atrás se había mostrado más flexible y a la expectativa ante la irrupción de Podemos, una fuerza estatal que defiende el derecho a decidir, la izquierda abertzale ya no cree seriamente que tras las elecciones vaya a haber un gran cambio en el Estado. El portavoz de EH Bildu y presidente de Sortu, Hasier Arraiz, recordó ayer la Transición y opinó que las propuestas de cambio que se plantean ahora podrían desembocar en un proceso tan frustrante como lo fue aquella etapa a juicio de la izquierda abertzale. Es más, tampoco confió en Podemos, partido al que aludió sin citarlo cuando desdeñó a “los cuatro de Madrid”, referencia implícita a PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos.
EH Bildu se enfrenta a unas elecciones muy complicadas para los partidos vascos, ya que el votante puede decantarse por fuerzas estatales en la creencia de que un puñado de escaños abertzales no serán decisivos en el Congreso. El caso de la izquierda abertzale es más complejo si cabe que el del PNV, ya que EH Bildu comparte varias propuestas económicas con Podemos, además del derecho a decidir, y podría restarle apoyos. En ese contexto, ayer trató de meter a Podemos en el mismo saco que los otros tres principales partidos estatales y puso en valor a EH Bildu como defensora de la soberanía vasca. En cualquier caso, sus recelos ante el cambio de modelo los comparte el PNV, que teme una segunda recentralización.
En un acto en Bilbao, Arraiz opinó que “como hace 40 años no hubo cambio político para nuestro pueblo, ahora con estos, con los cuatro de Madrid, tampoco lo va a haber”. Se refirió al debate sobre los derechos históricos. “Para algunos son una concesión que se tuvo que hacer hace cuarenta años; para otros, restos de la soberanía originaria del pueblo vasco. Para nosotras lo realmente urgente es su actualización, y su actualización hoy y aquí se llama derecho a decidir”, sentenció. Arraiz explicó que la coalición quiere decidir sobre la educación, la sanidad o las políticas de empleo. Por todo ello, consideró que el partido se juega en Euskal Herria y no en Madrid. Por la mañana, la coalición había afirmado que el Estado “no puede garantizar unas pensiones dignas”, y pidió soberanía.