pamplona - Diez días restan para las elecciones generales del 20 de diciembre. Una contienda electoral en la que Navarra tiene en juego cinco escaños en el Congreso de los Diputados y cuatro en el Senado y que servirá también para pulsar el respaldo social con el que cuentan las diferentes fuerzas siete meses después de que el cambio en el Ejecutivo foral se convirtiera en una realidad.
Unas elecciones generales atípicas, marcadas por la irrupción de nuevas fuerzas a nivel estatal como Podemos y Ciudadanos, que podrían poner en peligro en Navarra la hegemonía que históricamente han tenido UPN/PP y el PSN. Para empezar, el espacio que en las anteriores generales se repartieron UPN-PP, PSN, Amaiur y Geroa Bai, ahora hay que tener en cuenta también a Podemos, que consiguió un amplio respaldo ciudadano en mayo y que podría revalidar e incluso mejorar en esta contienda. Con este nuevo escenario, y partiendo de la base de que UPN y PP podrían hacerse con dos de los escaños, quedarían en disputa de los cuatro grupos que representan el centro izquierda los otros tres escaños. Es decir, Geroa Bai, EH Bildu, Podemos y el PSN tendrán que pelear por el escaño ya que uno de ellos quedaría fuera del reparto.
Atendiendo a los resultados de mayo, sería el PSN quien quedaría en último lugar y por tanto, fuera del reparto de escaños por primera vez. No obstante, basta con observar los apoyos que tuvo esta sigla en las elecciones autonómicas en 2011 y el resultado de las generales en el mismo año para destacar que en las elecciones generales los socialistas siempre reciben más apoyos que en las forales. Sin embargo, el PSN ha superado su propio suelo en varias contiendas consecutivas, lo que unido a que su candidato es un desconocido, podrían poner más difícil su llegada al Congreso. Tampoco le ayuda que por primera vez es un partido sin influencia en el Gobierno de Nafarroa y ha adoptado durante estos meses de legislatura una postura de oposición total al Ejecutivo, donde comparte muchos discursos con UPN y el PPN.
En lo que respecta a Podemos, poco hay donde comparar más allá de las elecciones autonómicas. Teniendo en cuenta los resultados de mayo (a los que habría que sumarle los de Equo) podría asegurársele uno de los asientos en el Congreso pero sobre lo que todavía no hay sondeos es sobre cómo está valorando la ciudadanía su trabajo como fuerza que sustenta al Ejecutivo. Los siete meses de trabajo en el Parlamento podrían dar motivos para que algunos que no lo hicieron en mayo les vote y también para lo contrario. De todas formas, el gancho de su líder nacional, Pablo Iglesias, seguramente le dará un importante empujón.
EH Bildu, que es la única fuerza que repite candidato en Nafarroa, parte de una situación similar que en 2011 respecto a votos en las autonómicas. No obstante, su posición en el Gobierno foral, donde se ha convertido en uno de los socios más responsables y que mayor apoyo está dando a la etapa del cambio en la Nafarroa, podrían darle un mayor respaldo ciudadano.
Será una prueba de fuego también para Geroa Bai, que tiene en su haber el difícil reto de consolidar un proyecto en Madrid del que hasta ahora siempre ha sido candidata Uxue Barkos. Koldo Martínez tratará en esta ocasión de revalidar el escaño. Tiene a su favor que el Gobierno foral está dirigido por su sigla, con un proyecto claro de desarrollo y con nuevas formas de hacer, lo que sería una ayuda de cara a las votaciones. Pocas opciones le quedan así a Unidad Popular (I-E) que, con los 12.480 votos de mayo, está técnicamente descartado en esta pelea.
En el otro lado de la balanza, en el centro derecha, UPN y PPN han vuelto a unir sus fuerzas para tratar de conseguir un mejor resultado, a sabiendas de que, aunque sea juntos, ambos siempre bajan en apoyos en las generales. Tras haber perdido el tercer diputado en las anteriores generales, los socios se conforman en esta ocasión con dos de los escaños. Esta cita servirá para comprobar si continúa la tendencia en caída de UPN, que perdió mas de 18.000 votos en las últimas autonómicas. También está por ver si Ciudadanos, con un tímido resultado en las autonómicas, es capaz de movilizar a sus votantes y suponer una amenaza para los resultados de UPN y PPN.
Respecto al Senado, y como ya es conocido, los grupos del cambio han presentado una candidatura conjunta, Cambio-Aldaketa, que tiene como objetivo ser capaz de erigirse en la fuerza que gane a UPN y PPN por primera vez y hacerse con tres de los cuatro escaños que están en juego. Tanto la carrera al Senado, como la del Congreso, que se antojan todavía inciertas y emocionantes, servirán para que la ciudadanía pueda dar nueva cuenta del respaldo social al cambio que se ha producido en Nafarroa ya que, además del apoyo dado en mayo, es necesario que el nuevo rumbo de la Comunidad siga contando con la movilización y la participación de la sociedad.