No se da ahora mismo la coyuntura, a día de hoy -mediados de noviembre- no nos planteamos bombardear Siria. La frase no va entrecomillada porque dudo de que sea una referencia literal. Los cazas franceses, británicos, estadounidenses (los del presidente con el Nobel de la Paz), rusos, alemanes? hacen temer lo peor.

Somos ya unas cuantas las generaciones incapaces de describir un ambiente prebélico con conocimiento de causa, pero esa parece la más inmediata decisión a tomar por quien resulte presidente del Gobierno de España, electo en menos de dos semanas: la participación en una operación militar. Contribución a los bombardeos. Intervención en el exterior, con amparo del derecho y organizaciones internacionales que no figuran en las papeletas del 20-D. Envío de militares, aviones, fragatas, tropas. Alemania ha empleado cuatro días, entre consejo de ministros y Parlamento, en decidir quevorwärts!, que vayan nuestras fuerzas, aunque no sea a participar directamente en los combates. España, en el caso de Irak, no tomó parte en la guerra, únicamente dio apoyo a los aliados. José María Aznar decidió estar con el “esfuerzo liderado por el presidente Bush”porque convenía estratégicamente, por elemental sentido de la reciprocidad política y porque no se puede negar ayuda a un amigo que antes te ha ayudado.

Francia y España se han ayudado bajo la amenaza de ETA. El país vecino, en estado de guerra, aguarda desde mediados de noviembre la toma de posición de Madrid. La coalición antiyihadista internacional la encabeza un gobierno socialista, de un François Hollande cuya popularidad se ha multiplicado tras decidir atacar. Tanto como la de David Cameron y Angela Merkel.

Es importante barajar las combinaciones de siglas posibles, si damos por bueno el augurio que nos libra de mayorías absolutas. Deberíamos tener en cuenta que no tardará en llegar el día en que el siguiente mandatario reúna a todos los partidos políticos, para consensuar qué respuesta dar a la petición francesa de ayuda. Luego se votará en el Congreso de los Diputados, aún sin ver ni saber qué están destrozando y a quiénes están matando los bombardeos.

18 escaños en el hemiciclo hablarán por nosotros. Es la parte de decisión que está en nuestras manos.