Bilbao - Ayer se cumplió un año desde que la izquierda abertzale anunció que estaba dispuesta a utilizar unas palabras y una terminología que no son propias de su tradición política para referirse al pasado violento en Euskadi, y volvió a quedar patente que la discusión con el PNV sigue atascada en ese mismo punto. La vía de interlocución sigue en pie, pero no alumbra avances. Los jeltzales pretenden que la izquierda abertzale reconozca el daño injusto causado por ETA porque sería necesario para asentar la convivencia y porque, de paso, ayudaría a los presos a suavizar su situación en las cárceles. Ese desenlace, a su vez, allanaría el desarme. Sortu ha matizado en varias ocasiones que defiende la autocrítica, pero no en términos impuestos por otros partidos, y pide que no sea solo ella quien haga ese ejercicio. El abogado sudafricano Brian Currin constató el bloqueo en esos mismos términos en su última visita a Euskadi. Aunque ayer pudo atisbarse cierto avance cuando Sortu reconoció que nadie en este país puede plantear objeciones a que “matar estuvo mal”, vino a decir nuevamente que los demás partidos deben asumir esos mismos términos porque también habrían incurrido en responsabilidades por la vulneración de derechos.
Sortu dijo ayer que, desde el punto de vista humano, en realidad nadie puede decir nada en contra de la expresión “matar estuvo mal”, pero el problema estribaría en que esa expresión se utilice como tótem por parte de PP, PNV y PSE para atizar a la izquierda abertzale y desviar la atención de sus propias responsabilidades en la vulneración de derechos, según dijo el partido. Su portavoz, Pernando Barrena, llegó a asegurar en Radio Euskadi que esos partidos “son responsables de políticas que en otros tiempos han causado vulneraciones claras de derechos humanos y, en muchísimos casos, con resultado de muerte”. “Es especialmente llamativo que en el Parlamento asuman este nuevo tótem que se ha puesto sobre la mesa de que matar estuvo mal y lo asumen con gran descaro”, opinó.
Los jeltzales tienen el pálpito de que Sortu espera a las elecciones generales del 20 de diciembre para que todo se solucione a través de una negociación con Madrid. Creen que confía en la victoria del PSOE y en que retome la línea de implicación en la paz de Zapatero y Rubalcaba, o bien en que repita Mariano Rajoy pero ya sin mayoría absoluta, con la forzada hipótesis de que tenga que depender del PNV y sean los jeltzales quienes rasquen algo para dar un vuelco a la situación.
“matar estuvo mal” Hace un año, el 26 de octubre de 2014, el presidente de Sortu, Hasier Arraiz, dijo que su partido estaba dispuesto a utilizar una terminología que no es la suya. PNV y Sortu llevaban meses dialogando y su texto se estaba cocinando al más alto nivel. Ayer, Barrena insistió en que el camino de “autocrítica” lo comenzó la izquierda abertzale “hace tiempo” respecto a la posición que había mantenido en relación a las víctimas. Según expuso, “tiene muy presente en su cultura política el concepto de autocrítica”, pero otro cantar sería que los demás partidos lo utilicen para “tapar sus vergüenzas”. En referencia a la expresión matar estuvo mal, dijo que ante “afirmaciones que son tan evidentes y tan asumibles” desde el punto de vista humano “no habrá una sola persona en este país que pueda decir algo en contra”.